Los Hijos de Némesis
Por JC
Almorzar en el restaurante La Glorieta, de la Zona Franca, tiene sus ventajas. La primera la excelente calidad de su cocina y la atención de sus propietarios y camareros (amigos, más que otra cosa). Por ejemplo uno puede apreciar al sudoroso José de Mier, delegado del Estado en la Zona Franca, departiendo amablemente en una mesa –en informal style- con periodistas de raza y tronío acreditado en la villa. La Zona Franca es un galimatías que va a acabar con la salud del más pintado y tiene mas capítulos que Lucecita. La cosa escuece por todos lados y algunos quisieran alejar a Rodríguez de Castro y Osuna de una vez para siempre. Pero uno está al otro lado del charco y el otro, encharcado, pero sediento de que le dejen contar la verdad de la verdad. Lo que pasa es que la verdad igual deja tiritando a más de uno, y otro con lo puesto, de la vergüenza. Osuna es un tipo leal, trabajador y sigo pensando que buena persona, hasta que no me demuestre lo contrario.
Ayer mantuve un diálogo en su rueda de prensa con Francisco González Cabañas acerca de varios temas de actualidad – en realidad, dos, la crisis del pacto jerezano y la movida de Trasmediterránea- y eché de menos que tanto asesor dando vueltas no le preparara unas líneas sobre el segundo tema. De momento, me trasladé al pasado y pensé: ¿Qué diría el virrey de la Diputación, vicealcalde de Jerez y alcalde de Benalup-Casas Viejas si el ínclito Aznar admitiera que Trasmediterránea se marchara de Cádiz dejando a los gaditas sin mil puestos de trabajo? Los gritos se iban a escuchar hasta en Majarromaque. La colección de insultos sobre la capacidad testicular del ex presidente no cabría en este blog, y todos señalarían con el dedo a Teófila Martínez.
Pero no, esto de las reconversiones, destrucciones de puestos de trabajo y ajustes siempre le pilla al PSOE (ayer andaban escasos de argumentos), lo que es un consuelo porque, de otra forma, se monta el Cristo con dos pistolas y una barricada… ¿El pacto? No me he olvidado, ni mucho menos. Lo de Jerez, diga lo que diga Paco Cabañas, es impresentable. Lo miren por donde lo miren, es un cachondeo. Yo no sé por qué Cabañas defiende el pacto y el apoyo a Pacheco (ellos sabrán), pero creo que si hicieran una encuesta en condiciones (ah!, que ya la tienen, me cuenta el confidente…) se iban a dar cuenta de que el personal anda hasta los cataplines de todo.
Ando cabreado con la voz de tajarina (lo siento por el doblaje) que le han puesto a Alatriste, que por lo que vemos por su vida sentimental, en realidad, es un pichatriste, como decimos aquí en Cai. Vigo Mortensen hace un papelón y clava el personaje de Pérez Reverte. Yo no sé si la peli es apta para nacionalistas recalcitrantes (ya sabrán por qué), pero termina gustando. Buenas noches amiguitos y amiguitas teleñecas.