Por Enrique Moresco García
Candidato del PP a la Alcaldía de El Puerto de Santa María
Desde que el pasado mes de junio se confirmara la sentencia por prevaricación contra Hernán Díaz, que tuvo que salir por la gatera y obligó a su sucesor a asumir un Gobierno extraño, se ha iniciado una especie de gestación de nueve meses, un proceso que culminará con un parto político.
Nueve meses en los que la ciudad sigue vegetando, en los que la única corrección de los muchos errores cometidos ha sido los mejores modales y expresión del alcalde. Pero punto. El pacto nefasto, el que firmaron IP y PSOE para no cumplir nada, sigue como estaba, sólo que los socialistas no dan la cara en sus concejalías para que no se la pongan colorada. Por no cambiar no ha cambiado ni quien manda, todo se ha pasado a la sombra y al lado oscuro de la luna, para seguir como estábamos.
El Puerto necesita un Gobierno nuevo, de hecho necesita un revulsivo. Un Gobierno con ideas claras, trabajo en equipo y abierto a los ciudadanos. Un Gobierno honesto y transparente, preparado para hacer un buen trabajo. Un Gobierno que busque las inversiones que necesita la ciudad, impulsor de la políticas que nos desarrollen, negociador con todas las administraciones y austero en el gasto interno.
Frente a candidatos y candidaturas que se empeñan en mantenerse aferrados a personas y estilos que han sumido a nuestra ciudad en su actual situación, frente a salvapatrias que pelean por coger el timón de una nave en hundimiento, el sentido de la responsabilidad de quienes tenemos como única obsesión situar a El Puerto en el lugar que por su capacidad y potencia le corresponde, no perdemos el tiempo en peleas.
Esta ciudad no necesita personas que se crean imbuidas de poderes absolutos para hacer y deshacer por antojo, sino equipos completos, contactos y preparados para llevar a cabo un buen programa de Gobierno. Más allá de la candidatura, nuestro partido quiere un programa que supere las barreras de la tradición de las concejalías-estanco para abrirse a los programas transversales y sobre todo a la sociedad.
Si El Puerto y los portuenses se suben a este carro, podremos superar no sólo estas tormentas de verano, sino esta triste etapa que le ha tocado vivir a nuestra ciudad.
Nueve meses en los que la ciudad sigue vegetando, en los que la única corrección de los muchos errores cometidos ha sido los mejores modales y expresión del alcalde. Pero punto. El pacto nefasto, el que firmaron IP y PSOE para no cumplir nada, sigue como estaba, sólo que los socialistas no dan la cara en sus concejalías para que no se la pongan colorada. Por no cambiar no ha cambiado ni quien manda, todo se ha pasado a la sombra y al lado oscuro de la luna, para seguir como estábamos.
El Puerto necesita un Gobierno nuevo, de hecho necesita un revulsivo. Un Gobierno con ideas claras, trabajo en equipo y abierto a los ciudadanos. Un Gobierno honesto y transparente, preparado para hacer un buen trabajo. Un Gobierno que busque las inversiones que necesita la ciudad, impulsor de la políticas que nos desarrollen, negociador con todas las administraciones y austero en el gasto interno.
Frente a candidatos y candidaturas que se empeñan en mantenerse aferrados a personas y estilos que han sumido a nuestra ciudad en su actual situación, frente a salvapatrias que pelean por coger el timón de una nave en hundimiento, el sentido de la responsabilidad de quienes tenemos como única obsesión situar a El Puerto en el lugar que por su capacidad y potencia le corresponde, no perdemos el tiempo en peleas.
Esta ciudad no necesita personas que se crean imbuidas de poderes absolutos para hacer y deshacer por antojo, sino equipos completos, contactos y preparados para llevar a cabo un buen programa de Gobierno. Más allá de la candidatura, nuestro partido quiere un programa que supere las barreras de la tradición de las concejalías-estanco para abrirse a los programas transversales y sobre todo a la sociedad.
Si El Puerto y los portuenses se suben a este carro, podremos superar no sólo estas tormentas de verano, sino esta triste etapa que le ha tocado vivir a nuestra ciudad.
