Los que lo saben, lo entienden. Hoy me he liberado de un agobio, real o virtual. Y me alegro, ha tenido lo suyo, nada es fácil cuando en ello te va el corazón. Nada peor que alguien que se siente a otro como enemigo sin serlo. Una cosa es estar cabreado, otra tener a alguien en la lista negra. Es algo peligroso. Un día de mil demonios, viento huracanado, lluvia en rostro, llamadas llenas de problemas, bendita Blackberry (llevo dos) y Guns n' Roses, Chinese Democracy. Pisaría más si no fuera porque llueve a cántaros y las cámaras de Saucedo me vigilan en todo lo alto del puente Carranza, pero llega la autopista. Sé donde esconden los del control móvil (trucos del almendruco), no me paso de la raya, pero el agua a un lado y otro suena con fuerza. Casi una lancha.
Nada comparado con la tormenta que mañana se abatirá sobre Cádiz, que tiene tintes políticos. Será en la zona comprendida entre San Juan de Dios, la Plaza de la Constitución y San Antonio. La sobrevuela el diablo desde hace unos meses. Lo que son las cosas, Obama está de moda, toma decisiones históricas en defensa de su país que me llenan de orgullo como demócrata, y uno que está negro de un tiempo a esta parte, las toma en sentido contrario. No me imaginaba lo calentita que está la política gaditana de un tiempo a esta parte. Tengo que venir más a la tacita...