La jueza decana de Cádiz, Nuria Orellana, responsable del Juzgado de lo Mercantil, expuso ayer en el programa Buenos Días, de OC, junto a José Blas Fernández, Fernando Lepiani y Felipe Meléndez, el lamentable estado de la administración de Justicia en Cádiz, con un proyecto que, conforme pasan los años, se hace esperar en perjuicio de los contribuyentes: la Ciudad de la Justicia. Nuria Orellana pasa por ser una de las magistradas más puntillosas y eficaces del sistema judicial en Cádiz, pero también por ser la defensora de la necesidad de un cambio urgente, de reformas que impidan que la administración de Justicia se convierta en un problema, que el caos de su organización (con centros diseminados por todo Cádiz) desespere a los contribuyentes y a quienes viven de este sector, ya sean procuradores, abogados o graduados sociales. Conocía, por comentarios de personas que la aprecian, del tremendo valor y estilo de doña Nuria Orellana, pero ayer comprobé que me había quedado corto. A la magistrada se le entiende perfectamente, no deja nada en el tintero y la tertulia (hora y media en prime time) hasta se quedó corta. Nuria Orellana tiene en su manos, entre otros, el procedimiento concursal de Delphi que, en contra de o que se defiende desde la administración autonómica, no ha impedido en momento alguno que se pudiera haber instalado ya más de una empresa en las instalaciones que antes ocupara la multinacional. Alguien, aquí, engaña, no dice la verdad, y no es la jueza. A buen entendedor... Por cierto, que el día 26 se ha convocado una huelga en toda España para recordar que el derecho a una correcta administración de Justicia, con recursos, es constitucional, algo que se olvida con frecuencia.
