El hasta ahora subdirector de La Voz de Cádiz, Manuel Castillo, se va. Dicen que lo nombran director de la agencia Colpisa, que necesita un revulsivo pese al excelente trabajo desarrollado en ella, entre otros compañeros y compañeras, por Magis Iglesias, presidenta de la FAPE. Ayer le llamé pero iba en el coche, sin posibilidad de mantener un diálogo preciso, aunque creo que la información emitida por El Confidencial Digital no es del todo correcta. Espero que Manolo me cuente pronto las novedades.
En cuanto al periódico ya se ha trasladado a su nueva sede en Jerez, donde se especula ampliamente sobre la identidad de la persona que dirigirá pronto el medio, cuyo perfil se está haciendo esperar demasiado. Vocento es muy exigente en la selección. Además, luego está la relación complicada con la clase política, especialmente con la alcaldesa y el PSOE, algunas cuyas familias tratan de influir. Y eso no está bien, lo complica todo.
Deseo, por otra parte, la mejor de las suertes a los compañeros del Diario de Cádiz, del grupo Joly, sacudidos por la crisis y que desde hace un par de días firman sus informaciones como "redacción" como protesta por los despidos. Corren malos tiempos para la prensa, para la libertad de expresión y de información.
Hoy, con un paro, el colectivo de compañeros del diario quiere hacerse notar, aunque, dicho sea de paso, resulta penoso, patético, que muy pocos seamos quienes nos hacemos eco de sus protestas. Menuda solidaridad de mierda. Hemos de sobreponernos porque le puede tocar a cualquiera, hay que usar todos los recursos. Espero que los Joly, que llevan décadas haciendo periódicos, tengan buena estrella y salven la situación financiera tan delicada que atraviesan.