María José Pacheco, la nueva presidenta de la Asociación de la Prensa de Jerez tiene un problema. Y es grande. Hasta ahora -y ya han pasado bastantes días desde las elecciones internas en la asociación- no ha comprendido que es ella quien ha de resolver la fractura en la pequeña organización que preside. Una desunión derivada de acciones realmente vergonzantes de elementos (dos, perfectamente identificados, uno institucional y otro empresario) que irrumpieron en el sano proceso electoral, abierto por la necesidad de proporcionar aire fresco, libre de ataduras, a la APJ. Pepa ha logrado, al menos, estar donde hay que estar, y se nota que el entrenamiento sindical le ha venido de perlas en eso de la representación y eventos varios. Está muy a gusto, se le nota, y me alegro mucho de verla en esos saraos.
Pacheco no puede gobernar la asociación que representa los intereses de esta profesión en Jerez y comarca sin tenernos en cuenta al resto, a quienes nos presentamos con la intención de hacer todo lo posible por mejorar la actual situación y a quienes nos otorgaron su apoyo y confianza. La mitad de la asociación, más o menos. No puede actuar como si nada hubiera pasado. Los días pasan y hacen falta acciones serias, algo más que una exposición fotográfica sobre un fotoperiodista al que todos reconocen en medio mundo excepto en su pueblo ¿a qué esperamos para hacerlo? Es un buen tipo, jugándose el ídem y llevando la bandera de su pueblo por medio mundo con gran orgullo. En los próximos días habrá más despidos en medios jerezanos, y creo que hay que ir más allá de la pancarta y tal. Hay que influir y en esa tarea hacen falta todas las manos posibles. Pero Pacheco parece no entenderlo, de momento. Siempre puede sorprender. Y nada más me agradaría, excepto tener siempre una salud de hierro y buenos amigos.
