Son veteranos, pero tienen las cosas claras. Me cuentan que los parlamentarios José Luis Blanco y Juan Cornejo tienen claro ya que el "bueno de Manolo" Chaves es el pasado (con Pizarro) y que Griñán lo suyos/as son el futuro, que por cierto pasa por cambios (menos de los deseados) en las estructuras, los modos y la cultura (un poquito más, por favor) en el seno del PSOE. Tras ellos Bibiana Aído, la ministra de Igualdad, que ha moderado su equipo y apunta alto y fuerte a otras lides, lo que deja perplejos a más de un impresentable que se permitía, en las ejecutivas gaditanas, hablar despectivamente de "la Bibi", como si fuera un personaje de los bajos fondos portuarios. Pues no, la ministra aprende rápido. Y toma nota de esos desprecios.
Bueno, regresando al dúo Blanco & Cornejo, el asuntito, parece ser, trae de los nervios a otros clanes de poder, como los de Cabaña y Pizarro, que ha acumulado algunas enemistades de tronío. En esta recomposición (descomposición, dice un amigo mio con tiempo para dar por saco) juega un papel destacado la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, quien parece decidida a jugarle la carta a Cabaña en el necesario congreso provincial que habrá de celebrarse tras el ídem en el que Griñán sería elegido candidato-secretario general. Ozu mare qué mieo pensará el chófer intrigante, cual mosca cojonera de cualquiera que aspire a introducir aires democráticos en "su" partido.
Este pasado lunes, en una desconexión publicitaria, en presencia de Ignacio García (IU) y Teresa Ruiz Sillero (PP), le pregunté a bocajarro a Blanco, que se ruborizó esbozando esa sonrisilla de quien sabe nadar, guardar la ropa y esperar tiempos mejores. No me negó nada de lo que le dije, resumido arriba. Renovación desde la madurez. Pero, de ser cierto, las idas y venidas del duo griñanista deben ser algo peligrosillas teniendo en cuenta como las gasta más de uno que ya conocemos. Pero la vida es así...
