Ketama -
“Mientras yo vea que a mi familia no la perjudica nadie, que a mí no se me putea y que todo entra dentro de la normalidad, mi boca estará cerrada. Pero si por el contrario, veo cosas raras, entonces ya veremos". Eso dijo un conocido financiero andaluz de la órbita socialista tras uno de esos tormentosos episodios de las cajas de ahorros andaluzas. ¿Está claro no? Pues eso.Ojo con las actitudes fascistas.
De pronto esa frase me ha parecido ideal, de aplicación en un caso humillante que conozco y que ha ocurrido en mi presencia. Los desalmados amenazan con contar lo que saben y suben, les tienen miedo. Los leales son humillados por los prepotentes, sabiendo que no reaccionarán, porque ellos sí tienen principios.
La lealtad es un valor en decadencia y ha de quedar claro que su límite termina donde comienza la indignidad de quienes humillan a los mansos creyendo que no reaccionarán. Craso error, son verdaderas bestias pardas, toros de Mihura encabronados en un cajón. Son malos momentos para las broncas, que se sabe cómo se inician pero no como pueden terminar. Un poco de calma. O habrá efecto mariposa.
Nota de aviso a pelotas-vigía:
No hace falta fotocopiar este post, dále el enlace al puto jefe, que aprenda a navegar, que eso entra dentro de su generosa nómina