En todas las ciudades pasa igual. Al final hay que acometer el saneamiento integral por cuestión de higiene política. En Jerez, las cloacas huelen cada vez peor, y me refiero a las alcantarillas de la mala política que, de un tiempo a esta parte, se ejerce sin pudor alguno. Se dispara a todo el que se mueve con criterio propio y el ambiente se hace irrespirable.
Lo peor de todo son aquellos que traicionan a quien haga falta y se llevan por delante cualquier principio ético con tal de seguir mangoneando a diestro y siniestro. Son los y las peores. Les recomiendo que en estos días pongan en cuarentena todo, que se detengan y piensen que nada es lo que parece porque la campaña lo emborrona todo, y todo vale para destrozar al adversario.
Lo peor de todo son aquellos que traicionan a quien haga falta y se llevan por delante cualquier principio ético con tal de seguir mangoneando a diestro y siniestro. Son los y las peores. Les recomiendo que en estos días pongan en cuarentena todo, que se detengan y piensen que nada es lo que parece porque la campaña lo emborrona todo, y todo vale para destrozar al adversario.
Lo peor de Jerez es la falta de memoria, unos porque son demasiado jóvenes, otros porque la pierden deliberadamente por su propia supervivencia, y carecen del coraje para asumir una postura valiente, de compromiso social. De momento, la Semana Santa pasará a ocupar ahora los titulares de los medios de comunicación, pero les adelanto que tras la Pasión de Cristo vendrá el llanto y el crujir de dientes. Al menos tres encuestas se harán públicas y nos quedan de dos a tres escándalos creados por encargo. Y de los juzgados puede que haya alguna novedad digna de mención. El 22 de mayo está a la vuelta de la esquina.
Buenos días y buena suerte
Pepe Contreras