No es mi Jerez, ese que brama en foros primarios contra la libertad de expresión, mi ciudad es otra, libre, tolerante, sin resentidos que siempre han vivido a la sombra de papá, faltando al respeto a los suyos, vistiendo el traje de la verdad con el alma podrida y presumiendo de valores que desconocen. Dicen los 091 que "sigue estando Dios de nuestro lado". Y tanto, a Dios no se le engaña, no es posible, siempre va un paso por delante y conoce nuestro corazón perfectamente. Llevo pensando hace algunos días en cuantas personas usan a Dios como estandarte en una cruzada farisea en la que disparan contra todo lo que se mueve con opinión propia. Dios no puede estar del lado de los sepulcros blanqueados. Dios está del lado de los pecadores, de quienes se esfuerzan una y otra vez por ser mejores.