Menuda agenda para el finde en la provincia. Ha acabado una semana laboral más que intensa. El domingo tenemos encuestas a gogó -más o menos cocinadas- para divertirnos, hacer comentarios, cábalas...esas pajas mentales que nos hacemos los súbditos de su majestad cuando llegan las elecciones. Me flipa el último disco de Slash (¿lleva una Gibson, verdad?) con una panda de irreverentes amigos y amigas peligrosas, que es lo mejor para el alma antes que esos apolillados chaqués que han pasado ya de moda. Que esos talibanes no me toquen los bowlings porque la guerra hay que iniciarla cuando uno sabe que la va a ganar y vive Dios que tienen tanto por lo que callar estos maestros del trifásico. Lo sé casi todo.
No hay nada peor que la conciencia plena de que uno, o una, es un jilipollas. Pues bien, después del 22M, asumirán sus consecuencias y nos vamos a divertir, de una u otra forma. A veces no quisiera manejar tanta información, es un coñazo, la gente te pregunta como si tuvieras puta idea de qué va a pasar. Yo creo que van a pasar algunas cosas, y otras no. Pero nada de ser un gurú electoral. Tengo claro que nada es lo que parece, que ese alto nivel de indecisos, de abstención, será determinante y tendrá un efecto no calculado por quienes han querido torcer el resultado con acciones espúreas, cabronas y crueles. Que les den.