Voy a dejar que todo repose, que la úlcera le coma el alma a los malos y malas, me voy a pasarlo bien, a la playita, a abonarme al tinto de verano cinco estrellas, a escuchar música en mi Ipod clásico, a reirme de todos y de todo, a pensar que los que me quieren y se fueron andan dando vueltas a mi alrededor sin que les pueda ver, que son ellos los que pellizcan mi alma, me tiran de las orejas para que vuelva al camino de siempre. Y no tengo más remedio que hacerles caso. La vida es demasiado corta. Vamos a llevarnos todo lo bien que podamos, aunque, bien pensado, es divertido sacar la artillería, sobre todo cuando hay munición. El buenismo es jilipollas. Hay un lenguaje universal. Y ellos me entienden, los malos, claro.