Hay quien no se da cuenta, pese a los votos millonarios del 22M, que todo esto está cambiando, que el tsunami azul no es nada comparado con el que se avecina, más temprano que tarde. Hoy he gritado a los cuatro vientos lo que siento porque no aguantaba más. No creo que me haya escuchado nadie, era demasiado solitario el paisaje, mucho el camino recorrido para encontrar el lugar y el momento exacto.
Hay algo que desprecio profundamente, y ya no perdono, y es la traición, el doble lenguaje, el fariseísmo de quien no aprecia la esencia de la vida. No pìenso pasar ni una. Y somos muchos ya. No es que vaya a cambiar ahora, es que el cambio estaba en marcha en mí sin que me diera cuenta. Será que las nuevas gafas me permiten ver mejor dentro de mí. Linkin Park me viene como un bálsamo en estos momentos.