Cuando estaba en Madrid (cuatro años de mi vida) añoraba dar un salto de Jerez a Cádiz y sentarme frente al mar. Admito que esta mañana, cuando caían chuzos de punta, no me esperaba una tarde soleada, 25 grados, y un descafeinado en uno de mis bares 'wiferos' favoritos. Pero no, la vida te da sorpresas. Y aquí estoy, escuchando musiquita (Michael Jackson) y escribiendo en mi blog. Las maravillas de mi provincia, que no tienen comparación. Gracias a Dios por este día. Y por todos los que vivo ahora de un lado hacia otro, buscando otros rumbos vitales y profesionales. Y los voy encontrando, y eso me hace fuerte.