Irene García, alcaldesa de Sanlúcar, en un acto hoy en las bodegas Delgado Zuleta. |
Prudencia, es lo que siempre hay que tener en cualquier congreso o encuentro socialista gaditano. Se sabe como comienza pero nunca como acaba, y el proceso de 'despedida' de González Cabaña de su secretaría general no iba a ser menos. Hay que estar atentos porque nada es lo que parece. Por un lado aparecen Gemma Araujo y Miguel Quirós, alcaldes de La Línea y Barbate, unidos ante la candidatura y por la ruinosa situación de sus respectivos municipios. Las penas unen, ya se se sabe. Anda por esos lares la delegada de Medio Ambiente, Silvia López (apadrinada por el matrimonio Pizarro, cuentan) y Juanmi Becerra, consultor y alineado en el sector de 'los otros', a decir de quienes ahora cuentan con el apoyo (decir lo contrario sería mentir) del equipo de Griñán, donde andan Fernando López Gil, Manuel Jiménez Barrios e Irene, sobre todo, Irene García, la alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda, ciudad que sigue atentamente el PP de un tiempo a esta parte. Cabaña tiene algunas vidas como buen gato serrano y puede que haya sorpresa. O no, que Griñán manda mucho. Irene, muy prudente en sus manifestaciones, huele el peligro, aunque ya puestos, lo mejor es la manzanilla.