Mientras el juez Miguel Ángel López Marchena mantiene en prisión provisional al sacerdote Javier Pérez Luna -acusado por la Policía de supuestos delitos contra integridad moral e indemnidad sexual de los que habrían sido víctimas varios alumnos de entre 12 y 14 años, e ingresado en prisión desde el pasado viernes- la crispación sube en las redes por momentos. Pero también testimonios que introducen dudas razonables (#JavierINOCENTE) sobre lo que está pasando, o al menos sobre la dimensión de lo sucedido.