¿Qué es el cambio dices mientras clavas tu puñal en mi espalda? He ahí el dilema querido Watson. Ser o no ser. Fran González no cosechó ciertamente los mejores resultados en Cádiz, pero ha normalizado el PSOE de Cádiz capital, cuyos males siempre han estado dentro y no fuera, aunque en el exterior tuviera a la hasta ahora incombustible Teófila Martínez. Ha hecho una campaña correcta, pese a la desigualdad de medios frente al teofilato y los originales y baratos emergentes.
Pero resulta que Fran tiene la clave, el gobierno de la ciudad. Sin sus votos no hay gobierno alternativo a Martínez y el PP. Su aparente indefinición (hasta el día 13 hay tiempo) añade un elemento de tensión que es hasta divertido, de no ser porque lo que está en juego es el futuro de la trimilenaria ciudad. En la provincia la marejada no amaina pero ya lo hará, y la playa dejará ver los escollos.
Hay poderosas fuerzas que se mueven en estos momentos en Cádiz y el teléfono de Fran, dicen, echa humo. Así es la vida, no has ganado, pero resulta que decides todo. Eso pasa, a la inversa, en otros lares. Y las comparaciones, siempre, son odiosas. La pregunta es si el PP sería capaz de gobernar Cádiz con directrices distintas a las de su programa electoral, los del PSOE por ejemplo, más otras medidas de otros.
Teófila Martínez medita muy seriamente no terminar abrasada como otros compañeros apegados al cargo hasta la muerte. La diputada del PP por la provincia de Cádiz sabe, perfectamente, que ha cumplido una etapa, los errores y los aciertos cometidos. Tiene su vida más que resuelta.
Y ahí está, a salvo como puede de la maléfica influencia del valido, Bruno García, un edil que representa los nuevos tiempos que llegan a la política española.
Pero resulta que Fran tiene la clave, el gobierno de la ciudad. Sin sus votos no hay gobierno alternativo a Martínez y el PP. Su aparente indefinición (hasta el día 13 hay tiempo) añade un elemento de tensión que es hasta divertido, de no ser porque lo que está en juego es el futuro de la trimilenaria ciudad. En la provincia la marejada no amaina pero ya lo hará, y la playa dejará ver los escollos.
Hay poderosas fuerzas que se mueven en estos momentos en Cádiz y el teléfono de Fran, dicen, echa humo. Así es la vida, no has ganado, pero resulta que decides todo. Eso pasa, a la inversa, en otros lares. Y las comparaciones, siempre, son odiosas. La pregunta es si el PP sería capaz de gobernar Cádiz con directrices distintas a las de su programa electoral, los del PSOE por ejemplo, más otras medidas de otros.
Teófila Martínez medita muy seriamente no terminar abrasada como otros compañeros apegados al cargo hasta la muerte. La diputada del PP por la provincia de Cádiz sabe, perfectamente, que ha cumplido una etapa, los errores y los aciertos cometidos. Tiene su vida más que resuelta.
Y ahí está, a salvo como puede de la maléfica influencia del valido, Bruno García, un edil que representa los nuevos tiempos que llegan a la política española.
¿Es el cambio que Teófila se vaya y que el PP abra las puertas y ventanas y se amolde a exigencias sensatas? Puede. ¿O es el cambio que un profesor de historia la haga accediendo a la alcaldía invocando el espíritu de Salvochea junto a Fran González, siendo alcalde cada uno dos años, por ejemplo? Con un programa común. Es una idea, humilde. Pura especulación al calor del amor en un bar.
Quedan muchos meses en España para conocer el mapa político en diciembre. Pero no me negarán que estamos muy entretenidos ante el espectáculo, que, no tengan duda, mejorará la calidad de nuestra democracia. Hay medidas que, de no ser por esta fragmentación, nunca se habrían puesto sobre la mesa.
¿Se imaginan listas abiertas y paritarias? Que haya libertad para votar a personas y no a paquetes envenenados. Que cada candidato/a, al estilo inglés, tenga que trabajar muy duro no más de ocho años, ganándose día a día la confianza de los ciudadanos, para que ellos marquen luego su casilla en la candidatura abierta, con libertad.
Estos días se habla mucho de Suecia, allí todo gira en torno al ayuntamiento, la administración más cercana y se cuida, mucho, la felicidad de las personas. Hasta ahora, en mi capital, no hay juego de tronos, sino de egos.
Por cierto, que mañana miércoles 3 de junio, a las 12.30 h, el barómetro del mes de mayo y la encuesta postelectoral de las elecciones autonómicas de Andalucía 2015, estarán a disposición de todos ustedes en la web del Centro de Investigaciones Sociológicas (www.cis.es).
Quedan muchos meses en España para conocer el mapa político en diciembre. Pero no me negarán que estamos muy entretenidos ante el espectáculo, que, no tengan duda, mejorará la calidad de nuestra democracia. Hay medidas que, de no ser por esta fragmentación, nunca se habrían puesto sobre la mesa.
¿Se imaginan listas abiertas y paritarias? Que haya libertad para votar a personas y no a paquetes envenenados. Que cada candidato/a, al estilo inglés, tenga que trabajar muy duro no más de ocho años, ganándose día a día la confianza de los ciudadanos, para que ellos marquen luego su casilla en la candidatura abierta, con libertad.
Estos días se habla mucho de Suecia, allí todo gira en torno al ayuntamiento, la administración más cercana y se cuida, mucho, la felicidad de las personas. Hasta ahora, en mi capital, no hay juego de tronos, sino de egos.
Por cierto, que mañana miércoles 3 de junio, a las 12.30 h, el barómetro del mes de mayo y la encuesta postelectoral de las elecciones autonómicas de Andalucía 2015, estarán a disposición de todos ustedes en la web del Centro de Investigaciones Sociológicas (www.cis.es).
El barómetro de mayo contiene las preguntas fijas habituales de los barómetros mensuales sobre la situación política y económica y la percepción ciudadana sobre sus problemas. Además, este mes incluye una parte variable que recoge la tolerancia a la diversidad. Tracatrá...intrigado me deja.
PD: Me gustaría mucho hoy estar en Madrid para ver a AC/DC
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