Ganas de que llegue el 13, para ver tantas caras de asombro, incrédulos, las de aquellos que apostaron mucho por quienes ahora les dejarán a los pies de los caballos, en el bosque con los lobos. No esperen compasión, cada uno intentará salvar su culo como pueda y le dejen. Hay, claro está, gentes buenas en todos lados, a esos les deseo lo mejor. A los otros que sufran lo mismo que han hecho sufrir. Y, por supuesto, a levantar alfombras, poquito a poquito.