Susana Díaz en el inicio de la última campaña electoral autonómica, en Almería. |
Todo se sabrá este próximo martes. Cuando hayan acabado las reuniones de la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, con los partidos políticos que obtuvieron representación en las pasadas elecciones autonómicas, hace ochenta días. Sea no un órdago, es la salida adecuada dada la situación. Eso parece.
O hay acuerdo (investidura o gobernabilidad) o elecciones andaluzas y muchos se tientan la ropa porque esos comicios se celebrarían en unas condiciones sumamente ventajosas para el PSOE, que fue la opción que más apoyo popular recibió. Tiene razón la presidenta, o facilitan la constitución del gobierno, o presentan una alternativa o, no queda otra, se convocan de nuevo elecciones. O se suavizan las imposiciones hechas desde los partidos emergentes. Es la última ronda de diálogo...
El problema para su competencia política es que las cartas ahora están boca arriba, los programas electorales reales ya son conocidos tras la última campaña, las conductas tres cuartos de lo mismo, ha quedado claro quien defiende el interés general y, sobre todo, que efectivamente habrá que cambiar las reglas del juego para hacerlo menos restrictivo, más moderno y abierto. Unas elecciones en septiembre. Pero ¿ahora qué dirán los partidos? ¿con qué argumentos nos convencerán? Será una campaña rara pero enormemente sincera por todas las partes. Centrada en lo que importa: la gente.
Si el PSOE, como todo parece indicar, sigue con su mismo rumbo solo ha de completar su programa electoral con las propuestas más reales e importantes del resto de la oferta política, convencer al votante que la regeneración es imparable y aplicar una hoja de ruta sin mochilas con disciplina militar. Será una campaña muchísimo más dura y encima con las generales a la vuelta de la esquina, con todo lo que implica.
Creo que alguien, al otro lado del PSOE o incluso cerca, ha menospreciado a Díaz y ha ofendido la inteligencia de miles y miles de andaluces. Todos los votos son igual legítimos y democráticos. Y la gente ha votado para que los partidos se pongan de acuerdo (no lo han hecho hasta ahora) y trabajen unidos para situar a Andalucía en la vanguardia del progreso autonómico y local.
Es la última ronda... Las conversaciones se iniciarán con el PP (segunda fuerza parlamentaria con 33 diputados frente a los 47 socialistas), seguido por Podemos (15 diputados), Ciudadanos (9 parlamentarios) e Izquierda Unida (5 parlamentarios).