La junta directiva de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi -FAAT, ha decidido, dada la situación actual por la que atraviesa el colectivo, convocar al sector del taxi de Andalucía a una serie de movilizaciones que comenzaran a mediados del próximo mes de enero, y que tendrán como punto de partida, una gran manifestación.
Uno ha de compartir, necesariamente, las buenas noticias. Por ejemplo que el compañero y amigo Juan Ramón Aramburu, con amplia experiencia en el periodismo institucional y convencional, sustituirá durante la baja maternal a Goretti Cornejo, jefa de prensa del PSOE provincial, donde desarrolla una buena labor junto a Javier Aguilera. Aramburu se enfrentará a unos meses complicados, donde los socialistas se la juegan a nivel provincial, pero su experiencia multidisciplinar le será clave en esta nueva andadura donde, como es lógico, le deseo éxito y le felicito.
Detrás está ella, la he visto, la diva de las mañanas de La Primera...
Si tu empresa te paga un billete en clase turista, no lo dudes, cámbialo, paga el suplemento y vete a Preferente. Te juro que detrás de ese asiento, en este AVE directo Madrid-Sevilla -sin escalas- va la diva de La Primera, Mariló Montero, que cada día acapara más fans de la primera, la segunda y la tercera edad. Aznar diría de ella que es una "mujer, mujer". Su marido, Carlos Herrera, hace años que no tiene la más mínima duda. Una gran pareja, que sabe de qué va eso de la felicidad.
Pagas un euro a gusto. Entrar en el Círculo de Bellas Artes me devuelve a otros tiempos no tan lejanos de mi etapa en Madrid. Siempre que quería relajarme, tomarme una copa larga o un café tempranero mientras el resto del personal tiritaba en la calle, me buscaba la misma mesa de hoy.
Ha sido más que interesante la charla con mi director, Amador G. Ayora, sobre los planes de EL ECONOMISTA de saltar el charco. En España las cosas no andan bien. Lo que no tengo claro es cuantos periodistas estarán dispuestos a irse con la mochila a los países hermanos.
Aunque claro, un sueldo normalito aquí es la pera algunos miles de kilómetros más allá. Nuevos aires para la prensa económica, que comparada con la generalista no es para tirar cohetes. Pero lo interesante es a quien llega y si influye o no. Desde 2006, Amador viene dirigiendo EL ECONOMISTA sin demasiados sobresaltos, lo que no es poco. E influye.
Estamos llegando a Puertollano, siempre que paso por aquí mi imaginación se desborda sin remedio. El paisaje industrial es aún más especial con la niebla de la mañana. El AVE no ha parado, tenemos mucha prisa a esta hora. Voy camino de Madrid, lleno de ideas, rebosando ilusión. Y subiendo este pequeño vídeo HD a You Tube, a 245 kilómetros por hora.
Lo importante es no perder el sentido de la realidad.
He dejado el coche en casa, y he optado por usar el tren al cien por cien. Transporte público. Llevo varias semanas pensado en si resetear o no mi disco duro, buena parte de mi vida, y creo que ha llegado el momento. La crisis es una oportunidad, es la posibilidad de volver a plantearte cosas, propuestas, ideas que llevas acariciando toda la vida. Y veo demasiados compañeros/as aterrorizados en las redacciones ante la simple idea no ya de perder su trabajo, sino su hábitat. Y también dignidad, de paso, aceptando ser meras herramientas para el chantaje informativo a empresas que no se anuncian o no participan en aventuras empresariales como proveedores financieros. Así entienden algunos el periodismo de hoy.
Foto de Pablo Arias, encontrada felizmente en Flickr.
Mañana me vuelvo a Madrid, mi otra patria para siempre desde que en 2004 parte de mi alma se quedara en los andenes de Atocha. Cuando llegué para participar en el trabajo más maravilloso que he vivido, y no me cansaré de dar gracias a quienes lo hicieron posible y grato a la vez, me dispuse, con el Segunda Mano en la ídem, a recorrerme la ciudad en busca de casa. Menos mal que le hice caso a mi prima Mari Carmen y elegí un piso al final de la Ribera de Curtidores, en el antiguo Campo del Gas. Tenía razón la puñetera, como siempre que discutimos. De Madrid me gustan los tejados de pueblo, los que no se han perdido en el diseño, los que guardan tantos secretos. Los domingos, solo o en compañía, subía por el Rastro hasta saludar a Cascorro, me tomaba lo mio, almorzaba de antología y camino de Ópera. Por eso, cada vez que vuelvo a Madrid, regreso a mi casa. Uno es de donde son sus recuerdos. Y los mios son de Madrid, Córdoba y Jerez. No he encontrado, en serio, mejor canción que esta, de Pereza. Madrid no me mata, me gusta. Mucho. Allá voy, no sé qué pasará.
Corren tiempos duros para el periodismo que intenta ser independiente. Y más aún para los periodistas que aún creen en esta profesión, para nuestra suerte no tan denostada aún como la política. Mal de muchos consuelo de tontos e idiotas. Pero lo peor de todo es el cainismo creciente de este colectivo donde el compañerismo de otros tiempos se ha ido a tomar por saco.