Nunca, en la historia de la Diócesis de Jerez, se había visto tal interés por parte del Ayuntamiento y Pedro Pacheco -hoy delegado de Urbanismo y coordinador de Política Territorial, pero alcalde de 1979 a 2003- por el patrimonio de la Iglesia en la ciudad. En pocos meses, la excelente sintonía existente entre Pacheco y el obispo, Juan del Río Martín, o la proximidad de las elecciones locales de 2007 (el movimiento cofrade es muy importante en la ciudad), han obrado 'milagros', es decir acuerdos urbanísticos, ventas de edificios y transacciones. El primero, de carácter económico y urbanístico, propiciará el traslado de la Casa del Obispado, actualmente en un céntrico edificio, al rehabilitado Palacio de Bertematí, muy cerca de la Catedral de Jerez. Las mejoras han costado 4,2 millones de euros y la venta de la antigua sede del obispado -donde ha permanecido 28 años- se ha cerrado en 6 millones de euros, acuerdo 'bendecido' administrativamente desde la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) -auténtico "ayuntamiento" paralelo- y el propio Obispado, que destinará parte del sobrante a obras necesarias en la extensa diócesis de Asidonia-Jerez, donde hay parroquias como Santiago, cerradas al culto por graves deficiencias estructurales, según publicó ayer EL MUNDO DE ANDALUCÍA
Pocos datos han trascendido sobre la sociedad inmobiliaria gaditana que ha adquirido el edificio del Obispado, que debe ser desalojado totalmente antes del 31 de diciembre, por lo que la mudanza es un hecho en estos meses estivales. En la financiación de la nueva sede del Obispado también participan la obra social de Cajasur y la Junta de Andalucía. El nuevo palacio obispal de Bertematí se incorpora así al paisaje urbano rehabilitado en el centro, muy cerca no solo de la catedral sino del futuro centro de congresos del flamenco que se levanta en la Plaza Belén. Bertematí es uno de los palacios emblemáticos de la ciudad, como lo son el ahora ocupado por la Fundación Andaluza del Flamenco, el Palacio de Carrizosa (en San Mateo) o el palacio de la Fundación Teresa Rivero. La Iglesia ha logrado financiar la rehabilitación de su nueva sede también con aportaciones como la venta de la antigua sede de la orden de las religiosas de las Siervas de María, en la plaza de las Angustias, recientemente transformada en un hotel de cuatro estrellas de la cadena Barceló. La gestión fue iniciada por el anterior obispo, ya fallecido, Rafael Bellido Caro. El nuevo Palacio del Obispado contará archivo y biblioteca, infraestructuras para consulta por parte de investigadores.
Pacheco nunca ha obviado la importancia de un movimiento, el cofrade, de gran importancia en la ciudad. Lo ha hecho en todos estos años incorporando o 'fichando' algunas piezas esenciales de las hermandades y no olvidando destinar en el presupuesto anual partidas para las parroquias. Pero lo de los últimos meses es de una mayor envergadura. Obsesionado con mantener un voto de centro izquierda y populista, Pacheco no olvida que parte de la derecha económica, social y religiosa siempre le ha votado. No en balde, accedió al cargo de alcalde en 1979 por el apoyo que le brindaron movimientos obreros cristianos de base, algunos de cuyos dirigentes militaban en la entonces influyente Unión Sindical Obrera (USO).
SAN JUAN
Lo que más ha llamado la atención en estos días es la posible venta de la iglesia de San Juan de los Caballeros a la GMU. La enajenación del histórico templo del siglo XV, en realidad una cesión institucional -que habría que cuantificarse y plasmarse en un acuerdo urbanístico- debe contar aún con el visto bueno del Vaticano y superar el escollo de la actividad que desarrolla en dependencias anexas la Hermandad de la Vera-Cruz. Se adoptaría una fórmula similar a la seguida con el palacio de San Telmo de Sevilla, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía y antes seminario mayor hispalense. San Juan de los Caballeros es un templo lleno de misterio e historia, ya que, según las leyendas, fue en esta iglesia donde los caballeros que defendían la ciudad escribieron con su propia sangre una carta a Sancho IV, solicitando ayuda ante el sitio que padecía Jerez. El templo conserva su primitiva planta mudéjar y una impresionante fachada y ábside almenado. En la bóveda de la sacristía aparecen esculpidas las cruces de las órdenes militares a las que pertenecieron los caballeros jerezanos.
Roma quiere saber antes lo que se quiere hacer la GMU, cuál sería el futuro uso de la iglesia y el destino de los beneficios que se obtuvieran con la cesión, algo de lo que se ha de encargar el obispo, Juan del Río. La GMU, en realidad Pedro Pacheco, consumará así su viejo deseo de liberar de edificaciones los alrededores del majestuoso pero deteriorado templo -que debe rehabilitar a conciencia- y crear un boulevard amplio que abrirá al uso una parte muy importante del caso histórico, todo ello dentro del barrio de San Mateo, que está sufriendo una profunda transformación urbanística y comercial. La idea de Pacheco es destinar esta iglesia a equipamiento cultural, para ofrecer exposiciones, conciertos selectos, conferencias o actividades multimedia. De momento, lo único que se sabe del precio contemplado en la permuta es que será "justo", según Pacheco, y que si permitirá a la Iglesia financiar parte de su desarrollo en la ciudad.