¿Vuelve Rato? El runrun corre de un lado hacia otro por la piel de toro. “Rajoy y Rato hablan mucho”, dicen los asesores en voz baja. Algo debe estar pasando. El actual director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha hecho los deberes en Washington (lleva tres años) y una vez más todos comentan que se aburre en la gris capital federal. No ha perdido el contacto con Madrid ni con la política española.
Dicen que un signo de que viene Rato es que Prisa le arrea. Hoy lo hace el editorial de EL PAÍS: “En el origen de este urbanismo que ha venido sirviendo de refugio a la corrupción se encuentra la declaración de la totalidad del suelo como potencialmente urbanizable, una medida adoptada por Rodrigo Rato bajo el influjo de unos prejuicios ideológicos, extendidos en la derecha y en la izquierda, que confunden desregulación con liberalización”. Ahí es nada, por mucho que la leyenda urbana hable de un trato especial de Prisa, toma del frasco. ¿Y que vuelve Rato como número dos? Hombre, una cosa es el runrun y otra, bien distinta, que me crea una jilipollez de asesores del tres al cuarto.
Por favor.Menos mal que Antonio Papell nos recuerda algo que es una verdad como un templo: “Pedro Solbes entregó el testigo a Rodrigo Rato en 1996 cuando ya el sistema económico español había adquirido su velocidad crucero, y en 2004 se produjo el relevo a la inversa y el propio Solbes continúa pilotando la nave con un éxito sólo emulado por Irlanda, el otro milagro europeo, y por Grecia, aunque las estadísticas de este país ofrecen poca confianza”.
En Cádiz hay dos políticos (al sol y a la sombra) que, según se comenta siempre, esperan como agua de mayo que regrese Rato y les lleve a Madrid para alejarles del cáliz de la política local antes de que les abrase.