por JC
"Ya no tienes que ir al psiquiatra, Pacheco te quiere", me dice un buen amigo con cierta retranca, la que proporcionan los años y las informaciones cruzadas que disfruta por su posición. Yo no creo que Pacheco me quiera, y menos que me odie. Si, hasta ahora, no he podido hablar con él es porque tiene un responsable de prensa, Pedro Grimaldi, que no ha facilitado el contacto periodístico en momento alguno, ignoro si por decisión propia o por encargo del ‘enorme’, crecido en estos días por el apoyo femenino (me parece excesivo llamarles ‘las pachecas’ aunque es cachondo). Él sabrá, pero tarde o temprano se comenzará ‘escribir’ la verdadera historia de la ciudad, en la que Pacheco juega un papel esencial, aunque no es el protagonista.
Pacheco y yo tenemos una vieja charlita siempre pendiente, sobre asuntos que él sabe mejor que nadie. El ‘vicealcalde’ le da sopa con ondas a cualquier equipo asesor porque es perro viejo, curtido. Se mantiene en forma física y dialéctica. Y es un buen interlocutor, además del animal político por excelencia de la ciudad. ¿Acabado? No lo sé. Pero ¿jodido por las circunstancias actuales?: mucho.
"Tengo muchas ganas de enfrentarme a ti", me dijo ante testigos absortos y temerosos de Dios (cagaditos, diría yo) el otro día en el acto de apoyo a Morenatti en la Plaza del Arenal. "Cuando quieras y donde quieras, pero yo no me presento a las elecciones, de momento", le repliqué, retirando mi mano de la suya, que me apretaba con fuerza (¿me mandas un mensajito, picha?).
"Tengo muchas ganas de enfrentarme a ti", me dijo ante testigos absortos y temerosos de Dios (cagaditos, diría yo) el otro día en el acto de apoyo a Morenatti en la Plaza del Arenal. "Cuando quieras y donde quieras, pero yo no me presento a las elecciones, de momento", le repliqué, retirando mi mano de la suya, que me apretaba con fuerza (¿me mandas un mensajito, picha?).
Yo no sé de qué va ya este personaje, pero acepto su reto y a ver si hay huevos u ovarios en esta ciudad de enfrentar a Pacheco, en una televisión pública o privada, con un grupo de periodistas que no haga de palmeros. Yo le aplaudiré lo que me parezca bien (hay algunas cosas, lo admito) pero dudo que haya una emisora de televisión (¿te animas, querido Pedro Rollán?) en Jerez dispuesta a organizar los debates que necesita esta campaña electoral que se avecina. Por ejemplo, Ana Hughet, de Localia y la SER. Anita, valiente ella y respetuosa de compañeros de acreditada lucha contra la corrupción en Jerez (¿verdad?) me tiene a su entera disposición para un debate con Pacheco sobre el futuro, el presente y, sobre todo, el pasado de Jerez, de la deuda faraónica. Ya sabes mi teléfono, Ana, y mi disposición. Es el caso de Juan Ignacio López, que ha pasado a informativos de la SER, con el que estoy encantado de colaborar cuando me lo pida. No espero menos de la casa de Pepe Ganaza.
Ni me creo que Pacheco esté acabado ni que Pilar arrase ni que María José esté en encefalograma plano, políticamente hablando. Esta va a ser la campaña política más gamberra, despiadada y atrevida que nunca se habrá dado en Jerez. Yo no me trago que lo de la denuncia por enchufismo contra Sánchez (Pilar) sea tan inocente, de un ex militante cabreado. Aquí hay gato encerrado. Por si las moscas o el gato, Pilar se ha hecho asesorar y defender por el letrado sevillano Francisco Baena, en la línea de los primeros espadas que siempre ha contratado el ayuntamiento cuando Pacheco tenía problemas con la Justicia.
Ni me creo que Pacheco esté acabado ni que Pilar arrase ni que María José esté en encefalograma plano, políticamente hablando. Esta va a ser la campaña política más gamberra, despiadada y atrevida que nunca se habrá dado en Jerez. Yo no me trago que lo de la denuncia por enchufismo contra Sánchez (Pilar) sea tan inocente, de un ex militante cabreado. Aquí hay gato encerrado. Por si las moscas o el gato, Pilar se ha hecho asesorar y defender por el letrado sevillano Francisco Baena, en la línea de los primeros espadas que siempre ha contratado el ayuntamiento cuando Pacheco tenía problemas con la Justicia.
El 'enorme' tuvo en todo lo difícil a Manuel Cobo del Rosal, lo que fue muy valioso para sus intereses políticos profesionales. Cuando uno quiere hacer algo siempre tiene que contar con los mejores.