Lo siento, Diana Krall es mi debilidad...musical, como París. He recibido un par de comentarios, que he mandado al cesto ése de Gates donde los papeles hacen ruido al desaparecer. Nenes, la autoestima, como mi adrenalina, está por las nubes. No es mi culpa si me siento bien, y cada vez me siento mejor porque las llamadas, los correos son de personas que necesitan ayuda. Mi amigo Enrique Montiel -espero que nadie te lo reproche- no me encuentra muy animado que digamos. ¿No? ¿Será Enrique que te has saltado algún delicado comentario sobre quien tu sabes bien? Colega del Doce, la cosa va de puta madre, porque nada he de hacer para que se haga Justicia. Let it be. Lo que me cuentan me estremece, entre otras razones por no poder contarlo. Silencio profesional, se llama, pero no soy ningún cordero. Ni un lobo, simplemente una persona con el derecho y las ganas de ser feliz sin miedo. Todo volverá a la normalidad, a su cauce necesario, pero nada será igual.