No me extraña que los mineros de Boliden me preguntaran esta noche en la mina si elEconomista publicará "la verdad" de lo que ha pasado en los últimos seis años en los terrenos que fueron escenario del grave desastre provocado, en 1998, por la rotura de la balsa que vertió seis millones de metros cúbicos de aguas ácidas y lodos contaminados en Aznalcóllar. Estos son tipos duros y peleones por lo suyo. Los mineros recordaban ayer que a finales de 2001 pasaron 93 días en este mismo lugar; y en marzo de 2002, unos 400 trabajadores se encerraron durante 11 días en la catedral de Sevilla. No me extraña que lo preguntaran porque el silencio siciliano que se extiende por Andalucía sobre este tipo de asuntos, es algo que espanta. Esta noche he sacado la Nikon para guardar sentimientos. Pero la cara, el rostro de estos hombres me invita a seguir adelante. La libertad es algo tan preciado...