Espero que no les suene grandilocuente, pero un héroe de la libertad en España es quien trata de vivir conforme a sus ideales y expresarse con libertad. Como eran Alberto y Ascensión. Diez años ya. El tiempo corre pero cada vez que pasamos por esas calles de Sevilla, por el bar Antigüedades, por el hotel en cuya terraza disfrutan de la mejor postal de la capital andaluza, cada vez que pensamos en ellos, Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García, se nos hace un nudo en la garganta. Dice el maestro Antonio Burgos hoy en el ABC de sus entretelas: "Tengo delante la esquela mortuoria, grandecita, modelo 4, que ponen el Ayuntamiento de Sevilla y la oficialista Fundación Jiménez Becerril en el décimo cabo de año de su muerte. Y lo dice bien clarito: «Fallecieron en nuestra ciudad, víctimas de atentado». ¿Atentado de quién? Ah, pues no sé: de Al Qaeda a lo mejor".
Héroes de la libertad, sin miedo, a pecho descubierto por las calles más bonitas de Sevilla.
Héroes de la libertad, sin miedo, a pecho descubierto por las calles más bonitas de Sevilla.
Recuerda Soledad Becerril: " ella era abogada y procuradora, él era abogado y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla. Fueron padres, vecinos y servidores públicos ejemplares, vivieron en paz y en la paz, vivieron en un estado de derecho donde la ley se respetaba y se hacía respetar, vivieron bajo el acatamiento de la Constitución. Eso es la paz. Ellos vivieron en la paz y y descansan en paz. Esta tarde, la Catedral de Sevilla albergará la celebración de una misa fúnebre en memoria de Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García, un acto que al que asiste la corporación del Ayuntamiento hispalense al completo con la previsión de que el propio cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, oficie la ceremonia. Desde la Cadena COPE, se ofrecerá un programa especial desde La Palestra, de dos a tres de la tarde para rendir homenaje al edil del PP y a su esposa en el X aniversario de su muerte.
Teresa Jiménez Becerril, también hoy en ABC (que hoy ofrece la mejor información), concede hoy una entrevista en la que su autor, Eduardo Barba, le pregunta:
-Si tuviera la ocasión de hablarle a la cara, ¿qué le diría al que disparó?
-Primero lo agarraría con fuerza, con rabia, no sé... Y le preguntaría cómo se permitió matar a un muchacho lleno de vida, con 37 años y tres chiquillos que estaban esperándole en casa. Le preguntaría cómo se puede ser tan cruel para hacer una cosa así. Y sobre todo, en nombre de qué. Y le recordaría que no existe legitimidad ni heroicidad en lo que hizo. No está salvando a ningún pueblo ni luchando por nada, que no se equivoque. Darle un tiro a alguien en la nuca es de cobardes, no de héroes ni de patriotas ni de nada.
-Igual ciertos comportamientos de sus paisanos les hacen sentirse héroes.
-Allí, en su tierra, se envalentonan, pero saben que en Sevilla son simples terroristas y no tienen nada que hacer. Lo triste es que en el País Vasco son las víctimas las que tienen que esconderse o ir con la cabeza agachada. Allí no hay democracia ni libertad. Las últimas elecciones las tenían que haber suspendido porque no existe la democracia. No es posible que exista en una tierra donde el 25% de la población está exiliada y muchos otros atemorizados. Pero así como hay vascos fantásticos hay también vascos cobardes, vascos despreciables y vascos que miran para otro lado, como pasaba en la Alemania nazi.
-Primero lo agarraría con fuerza, con rabia, no sé... Y le preguntaría cómo se permitió matar a un muchacho lleno de vida, con 37 años y tres chiquillos que estaban esperándole en casa. Le preguntaría cómo se puede ser tan cruel para hacer una cosa así. Y sobre todo, en nombre de qué. Y le recordaría que no existe legitimidad ni heroicidad en lo que hizo. No está salvando a ningún pueblo ni luchando por nada, que no se equivoque. Darle un tiro a alguien en la nuca es de cobardes, no de héroes ni de patriotas ni de nada.
-Igual ciertos comportamientos de sus paisanos les hacen sentirse héroes.
-Allí, en su tierra, se envalentonan, pero saben que en Sevilla son simples terroristas y no tienen nada que hacer. Lo triste es que en el País Vasco son las víctimas las que tienen que esconderse o ir con la cabeza agachada. Allí no hay democracia ni libertad. Las últimas elecciones las tenían que haber suspendido porque no existe la democracia. No es posible que exista en una tierra donde el 25% de la población está exiliada y muchos otros atemorizados. Pero así como hay vascos fantásticos hay también vascos cobardes, vascos despreciables y vascos que miran para otro lado, como pasaba en la Alemania nazi.