Una candidata, antes amiga, me dijo un día: "Esto de la política es una mierda ¿sabes? un día pasa algo, te toca, sale a todo trapo y te vas a tomar por culo". Fue muy gráfica. Rajoy tuvo su grave traspiés con Gallardón y Zapatero ahora con sus 400 euros, cuyo efecto final en el electorado puede ser peor de lo que espera. O no. Cada candidato anda con pies de plomo pero a tumba abierta. Aquí se va a pelear voto a voto, casa a casa, corazón a corazón. Quedan muchos días y, cosa extraña, nadie ha tocado el tema del 11-M. Será que unos y otros, por razones compartidas o no, no creen que el personal esté ahora para que le recuerden a sus muertos, que son los nuestros, los que hemos llorado y echamos de menos y que no podrán votar. Queda campaña aún para que todos metan la pata un poquito más, pero si se cortaran y dejaran ese tema de la masacre de Atocha, confortarían las almas de quienes penamos por lo sucedido aquella mañana. Que sigan con la economía, que eso si preocupa a la gente. En serio. Pero me temo que no van a hacerme ni puñetero caso. O no (estoy de un gallego últimamente).
Ayer la alcaldesa de Cádiz y candidata al Congreso, Teófila Martínez, afirmó que lo normal es que el candidato del PSOE por la provincia, Alfredo Pérez Rubalcaba, debata con ella los asuntos de la provincia que aspira a representar en la Cámara Baja y no únicamente los de carácter nacional que requiera su cargo de ministro del Interior. Y acto seguido le ha retado a debatir donde quiera y como quiera. Tatachán.