Este fin de semana me he reencontrado en Cádiz con el ex ministro Cristóbal Montoro, el flamante portavoz de Economía del PP, en la cena de los premios del Club Liberal 1812 en Cádiz. No le veía desde 2004. Estuve en una mesa con Enrique Montiel, uno de esos lujos de amigo que no sabes por qué se dedica a la política -aunque a medias- y que trabaja con Quique García Agulló para que el Doce luzca más. Y con Carlos Rodríguez Braun, Herman Tertsch y Miguel Ángel Belloso. No vinieron Esperanza Aguirre ni Zaplana, pero estuvo Montoro. Y ellos se lo perdieron porque la cena estuvo de lo más amena, la verdad. Pudimos escuchar la realidad de como fue la "salida" de Herman Tertsch de El País. Tan espezlunante fue que se llevó el aplauso más encendido de los que estábamos allí. La leche, oiga. Pero para leche la historia que contó uno de los premiados, Fernando Sánchez Dragó, vivida durante su paso por el diario de la noche de Telemadrid: "No creo que ninguno de nosotros conozca a ningún mamífero que después de la lactancia tome leche". Dragó expuso en televisión los peligros de la leche, fruto quizás de su experiencia personal (leer). Montoro, que se lo pasó de lo lindo, explicó las diferencias entre desaceleración y crisis económica, afirmando que lo que padecemos en España "es verdaderamente una crisis económica" y que en Economía lo que tenemos "es una crisis de expectativas, de inflación, de financiación, ahora no hay dinero para nadie, somos el país con mayor déficit y es una crisis de empleo" aseveró. No evitó citar a Alan Greenspan, recordando que Ronald Reagan dijo, cuando llegó a la presidencia: "Hablamos de crisis económica cuando el que pierde su puesto de trabajo es tu vecino, de recesión cuando el que pierde su puesto de trabajo eres tú y de soluciones a la crisis y a la recesión cuando el que pierde el puesto de trabaio es el presidente del Gobierno". El doctor Montoro, fijada la cuestión se lo pasó divino -como todos los que asistimos a la cena- con la intervención de un médico odontólogo gaditano, Salvador Fernández, que personificó en su actuación carnavalesca a Dios, el Diablo y a Herodes.