El empresario Pepe Gijón tiene mala memoria, al menos con quienes en el peor tiempo de la historia andaluza -cuando se impulsó una candidatura 'independiente' en el proceso de renovación de la tristemente desaparecida Caja de Jerez- tuvimos claras las cosas. Y hasta soportamos, por su culpa, espionaje de nuestras actividades profesionales, tal como luego supimos. Pepe no supo administrar con inteligencia emocional el tremendo poder que tuvo en Impulsa El Puerto en la negra etapa de IP y tampoco se ha sabido rodear, hasta ahora, de personas capaces y leales en su negocio mediático.
Incluso de amigos que lo fueran de verdad. Pero lo triste es lo que le está sucediendo como uno de los principales accionistas de la emisora Onda Luz que podría jugar un papel clave en el panorama mediático de la bahía. Parte de la historia la cuenta Fernando Santiago, con quien podré tener más o menos diferencias (no es para tanto), pero que cuenta las cosas como son en este asunto.
He pasado unos días sin leerle y me ha sorprendido su post, porque hila fino. Muy fino. Fernando conoce muy bien a Pepe Gijón, tal como me pasa a mí. Y eso es clave.
En estos días, en los que recopilo cientos y cientos de datos de la historia reciente de la provincia con destino a un proyecto literario, he recuperado al paisanaje provincial y las peripecias de Gijón, que conozco al detalle. Me llama la atención que no haya sido capaz de sacar adelante, desarrollando el proyecto, la licencia que obtuvo en Jerez de la Frontera. Será que tampoco ha tenido suerte con los aliados. Ya se verá.
En estos días, en los que recopilo cientos y cientos de datos de la historia reciente de la provincia con destino a un proyecto literario, he recuperado al paisanaje provincial y las peripecias de Gijón, que conozco al detalle. Me llama la atención que no haya sido capaz de sacar adelante, desarrollando el proyecto, la licencia que obtuvo en Jerez de la Frontera. Será que tampoco ha tenido suerte con los aliados. Ya se verá.