Lo he leído dos veces. Y qué pena no haber tenido estos recursos (blogs, redes sociales) cuando, hace algunos años, alguien -que morirá entre estertores por todo el daño que ha hecho- 'compró' mi salida de un medio libre entonces. Eso me contaron. Y no tengo razones, después de tanto tiempo, para dudar de ello. Cometimos el error de enfrentarnos y fiscalizar a los poderes fácticos de una ciudad que se desmorona ahora por momentos. Por eso me ha impresionado tanto este artículo sobre los despidos en Radio Granada: "No hace falta tenerlos entre tus amigos más cercanos o entre quienes aquellos con quienes sales de cañas para considerarlos de los tuyos...
Bastan muchos años compartiendo bancada en la sala de comisiones del Ayuntamiento, viendo pasar alcaldes y concejales, canutazos ante las vallas de cualquier obra de esas que cuando despiertas siguen allí, enviándonos -benditas tecnologías- por correo electrónico ese corte que nos faltó porque falló la grabadora o no te daba tiempo a llegar, comentando las noticias que cubríamos juntos con el inevitable cinismo que te da escuchar día tras otro la misma tontería o la tontería contraria a la que dijo anteayer el político de turno. Los sientes de la familia y jode, vaya si jode, no seguir compartiendo mañanas".