12 nov 2005

MSF: Uno de cada cuatro inmigrantes irregulares subsaharianos ha sufrido acciones violentas

Frontera Marruecos-España: Informe de MSF sobre inmigración y violencia. Uno de cada cuatro inmigrantes irregulares subsaharianos atendidos por MSF ha sufrido acciones violentas. ¿España y Marruecos no van a decir nada?

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Lo que está pasando en la frontera de Europa con Marruecos (esa sería la denominación correcta) es de juzgado de guardia. Un juez con lo que hay que tener debería ya intervenir, porque no es de recibo. Acabo de visitar la página de Médicos sin Fronteras y no doy crédito a lo que leo.

Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja en el fenómeno de la inmigración en Marruecos desde comienzos del año 2003 y constata que el aumento del fenómeno migratorio se ve acompañado de una escalada del grado de violencia en la aplicación de las medidas destinadas a su control.

Después de más de 27 meses de actividad, y tras una labor pormenorizada de recogida de datos médicos y testimonios, la organización advierte de que casi el 25% de las de las consultas médicas efectuadas entre abril de 2003 y agosto de 2005 no están ligadas a patologías causadas por unas condiciones de vida tan precarias, si no que están ligadas a acciones de violencia directa o indirecta: esto es, de un total de 10.232 consultas médicas, 2.544 son debidas a la violencia.

Actualmente, en la ciudad de Tánger, al norte del país, y en las zonas colindantes, MSF trabaja para mejorar el estado de salud y las condiciones de vida de este grupo de población desheredada. Un equipo de MSF organiza clínicas móviles y monitoriza la aparición de brotes epidémicos entre la comunidad inmigrante. El personal médico proporciona atención preventiva (vacunaciones, control prenatal, planificación familiar), atención al VIH/SIDA (incluyendo prevención de la transmisión del VIH de madres a hijos) y material logístico.

MSF también trabaja en la región de Nador y Oujda en la costa mediterránea, proporcionando atención médica a inmigrantes indocumentados, especialmente los que viven en las montañas cerca del enclave español de Melilla, donde cientos de inmigrantes viven en terribles condiciones mientras esperan cruzar a España.