11 jun 2009

La puta realidad de la crisis



He recuperado a Bon Jovi para las mañanas, de un lado a otro, para llegar antes. Esta mañana el agua de mi bahía estaba como un espejo y la gaviota -les juro que es verdad- ni se ha coscado encima de su farola, en el puente Carranza. Más chula que un ocho, oteando el horizonte. Y esta canción me parece ideal, para quien quiera entender. A ver si me pongo de una puta vez a aprender a tocar la guitarra eléctrica. La llevo en las manos desde que tenía uso de razón, pero nunca se ha materializado. Que tengo alma de rock & roll ya lo sabéis de sobra, que la información la llevo en la sangre se nota y que cada día que pasa detesto más a los/as mediocres de espíritu no supone novedad alguna.
Por eso hoy, al enterarme que otra emisora nos 'copia', que van a poner en marcha un programa multimedia similar al Buenos Días, me he dado cuenta que estamos en la senda correcta. Y por ahí vamos, apostando por hacer las cosas lo mejor posible, en un periódico que, digan lo que digan, es el número uno de la economía en España. Es que con tantas cosas que me llegan se me olvida que esto es un blog, un diario de mi vida, aunque no con todo, tranqui, hay cosas que guardo dentro del almario (es con ele, tonto/a). Ayer, sin venir a cuento, me enviaron un correíto electrónico: "Estás dentro de nuestras vidas, nos tienes enganchados, cuídate". No les conozco, pero les comprendo y me alegro que me envíen ese comentario. No viene mal de vez en cuando saber que estáis ahí. Joder, que la estima aumenta y a veces es tan duro dar la cara...
Esta mañana me he dado de bruces con la economía real, la de un autónomo isleño, Manolo Ganfornina, de 55 años, que no tiene miedo en volver a empezar, pese a que las deudas le agobian y que no se quiere salir del tiesto, hacerlo todo bien. Manolo debería, si tuvieran cojones para dejarlo, sentarse un día en la mesa del consejo de ministros. Zapatero podría contar con sus sabios consejos, derivados del día a día de Manolo. Se ahorraría uno de los cientos de consejeros-asesores que tiene y, de paso, se enteraría de lo que vale un peine. De cómo estan las cosas, putas, muy putas...y vale ya de análisis electorales. A trabajar, como Manolo. Y gracias a Ana Ros, todo un descubrimiento.