Cada uno a su manera, con sus devotos, detractores, creyentes y ateos, discípulos entusiastas y renegados sublimes, la pasión jerezana es así. Me refiero a la pasión de Pilar Sánchez, que paso a paso -y más ahora con el griñanismo que genera conversos espontáneos y obligados (para no perder el papeo ni el estatus)- está consiguiendo que quienes aparentan regocijarse con sus penas, den la cara por ella como no podía ser menos. No pierdan detalle de cómo en el PSOE pasan de rendir culto a Chaves, "al bueno de Manolo" (que diría Paco Rosell, director de El Mundo de Andalucía) para entregarse en los brazos de Griñán, a quien confieren (los ocho secretarios provinciales del PSOE) ser la "máxima autoridad" del proyecto político socialista. Anoche, desde el gabinete de prensa socialista, nos enviaban una nota con el "resultado" de la reunión de las taifas andaluzas: "...los ocho secretarios provinciales del PSOE de Andalucía han reconocido al presidente de la Junta su indiscutible liderazgo social y su condición de máxima autoridad política del proyecto socialista andaluz, hoy y para el futuro. En estos momentos, la única preocupación del secretario general de los socialistas andaluces, Manuel Chaves; del presidente de la Junta y de los ochos secretarios provinciales son los ciudadanos y las consecuencias que la crisis económica está teniendo en nuestra tierra, así como trabajar por desplegar cuantas medidas sean necesarias para sacar a Andalucía de la crisis en las mejores condiciones posibles". Una redacción increíble la de esta nota ¿no? Tanto como las loas a la alcaldesa jerezana por parte de Luis Pizarro y González Cabaña.