Acabo de mantener una entrevista con Juan Antonio Arroyo, coordinador de la Industria Auxiliar por el sindicato UGT, y solo puedo decir una cosa: este tipo habla claro. Ha pintado el cuadro del futuro inmediato de este sector, que da trabajo a unas 5.000 personas en la Bahía de Cádiz. Y se avecina un drama, pronto cientos y cientos de trabajadores mano sobre mano. Recupero un interesante artículo de EL PAÍS: "Los astilleros tienen otro frente abierto en la construcción civil. Las condiciones impuestas por Bruselas cuando se creó Navantia, en marzo de 2005, obligan a las instalaciones de Fene y San Fernando a dedicarse a la construcción militar, dejando Puerto Real para la rama civil. "Es una imposición de Bruselas hasta 2014, dedicando como límite a la división no militar el 20% de nuestro negocio", dicen en la compañía, "lo que hace que cualquier iniciativa en este sentido tenga que pasar por una negociación política entre el Gobierno y la UE". "Técnicamente estamos preparados para afrontarlo", matizan, aunque hasta ahora no se haya llegado a ese techo del 20%, lo que deja aún camino por recorrer. "2014 no está lejos y debemos pensar ya en ese cambio", añade el director general". (Más en EL PAÍS)