¿Pero quien diablos le escribe las intervenciones parlamentarias a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega? ¿Cómo es posible que no revisara el texto y que no se diera cuenta de que, entre las 19 razones para no cesar a Montilla no podía poner lo de la ley para frenar la morosidad? Una de dos, o la vice anda demasiado ocupada para centrarse en lo que tiene centrarse o lo hizo adrede.
Yo que Montilla, comenzaba a preocuparme, no por las críticas en tromba que le llueven por todos lados (como aguanta el tipo ¿eh?), sino por el grado de descojone de sus señorías (me juran compañeros de Madrid que hubo sonrisas contenidas en los escaños del PSOE) y del de millones de españoles cuando lean la historia de la vice. No creo que el enemigo le haga los discursos a doña María Teresa. Al asesor, que lo manden a galeras, al director de gabinete, una bronca de las que hacen época y la próxima vez, señora vicepresidenta, deje a Chiquito de la Calzada esas faenas. "Montilla, pecadoooorrrr".