19 abr 2006
En el caso Sanlúcar solo falta Torrente
Sanlúcar de Barrameda ha tenido siempre "muy mala suerte" con sus políticos. Eso ha dicho hoy el escritor, columnista y abogado jerezano Juan Pedro Cosano. El caso que lleva el nombre de la ciudad abochornaría al primero que se lea los hechos justiciables. El fiscal, Ignacio Morales, tiene tres virtudes: que se le entiende perfectamente, que le precede la fama de duro y honesto y, sobre todo, que lleva desde 1999 inmerso en el proceso legal. Se lo sabe muy bien. Hoy, imputados y abogados han compartido restaurante aunque no planta, en la capital gaditana, tras la jornada matinal de la primera de las trece sesiones del juicio, que tiene lugar en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz.
Otro abogado peculiar, con gusto y estilo literario cuando se pone, Jesús Rodríguez, citó a uno de sus poetas favoritos, Robert Frost, cuando dijo aquello de que "el jurado está compuesto por doce personas para decidir quien tiene el mejor abogado". La cara del jurado, un verdadero poema al escuchar al letrado. La cita no podía ser más oportuna.
En el Caso Sanlúcar hay buenos abogados, de todo tipo y lustre, un jurado novato que pone mucho interés (el galimatías de nombres, situaciones, dimes y diretes es increíble, pobrecitos ellos), periodistas que no recuerdan lo sucedido (hace seis años y medio), otros que lo sufrieron y vivieron y cutrerío, mucho cutrerío darling.
Porque no me negaran que un soborno a base de cheques, letras de cambio, dinero en efectivo en bolsas de hipermercado, billetes de avión a Lisboa para ver un partido, acuerdos en un camping desierto, es algo cutre. Pero claro está, ustedes no saben la de cosas que pasan por aquí en el Sur. Vamos, que yo que Santiago Segura me hacía con el copyright para rodar su próxima secuela de Torrente, en Sanlúcar. Luego, la verdad, lo mandaba a La Línea y a Jimena. Pelotazos seguros...
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