Santiago Galván. Foto Juan Carlos Toro (LVDS) |
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Another star, Stevie Wonder
Cada vez aguanto menos a los falsos, es que me repatean el estómago.
Y menos aún cuando además se creen que no te das cuenta de su falsedad. Encima
de malas personas son bobos de solemnidad. Hoy he marcado distancia con uno de
esos malos y bobos personajes, y Dios sabe que tenía que hacerlo para no tener
que aguantar más que me estreche la mano y me sonría cuando nos encontramos en
algún acto o por la calle. Un tóxico
menos. Que le den. Un tipo capaz de vender su alma al diablo por unas
monedas, y de engañar a gente profesional. Punto.
Un libelo es un escrito en que se
denigra o infama a alguien o algo. Ante uno el afectado tiene que reaccionar y
puede elegir varios caminos. Puede recurrir a la denuncia judicial, a ofrecer una explicación pública que refute
punto por punto las acusaciones o (no lo recomiendo) sacudirle una buena
bofetada al autor consciente de que la falta tendrá una sanción. Creo que la
primera es la mejor opción, y eso ha hecho Santiago
Galván, uno de los ediles del gobierno local socialista apoyado por
Ganemos e IU aunque no estén el
ejercicio del poder. Punto.