20 oct 2005

Bono en Cádiz, ante Martínez:"Las guerras las pierden todos"


"Las guerras las pierden todos", ha sentenciado Bono, dejando a los periodistas en Cádiz esta tarde con la sensación de que no solo se refería al bicentenario de la batalla de Trafalgar (hoy y mañana se celebran actos en España y el Reino Unido ante tal efemèrides). Bono, cuando habla (acababa de visitar una capilla), parece que pontifica. Pero sobre todo sabe estar (lo que sirve haber sido presidente de una comunidad) y tratar a otros representantes de otras administraciones.

Contrariamente a la actitud despreciativa de algunas ministras con la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez (PP), el ministro de Defensa, tras los actos e intercambios de regalos en el Ayuntamiento, pasó de coches oficiales y emprendió un paseo por las calles acompañado por la alcaldesa hasta el siguiente acto oficial.

Martínez y Bono han charlado distendidamente en todo momento, sabedores de que la foto de ambos en armonía despertará no pocos recelos en sus respectivos partidos. No obstante, PP y PSOE pueden respirar tranquilos, ambos tienen claro donde están y también que la cortesía, las buenas formas, siempre consiguen más que los agrios enfrentamientos, aunque uno y otra son de oratoria dura y afilada cuando llega el caso. Trafalgar une.

Jiménez Losantos enciende la mecha con Carrillo


El comunicador y agitador de las ondas número uno de España, Federico Jiménez Losantos (COPE), ha encendido la mecha hoy. Su artículo, sobre Carrillo y la decisión del rector de Universidad Autónoma de Madrid Ángel Gabilondo, de investirle doctor Honoris Causa, se pasea a diestro y siniestro por los foros de internet. Los incidentes estaban cantados por peteneras.


Artículo de Jiménez Losantos:

"En un alarde de amor al crimen, en un siniestro rito académico de culto a la masacre, en una provocación guerracivilista contra media España sin consultar a la otra media, el rector Gabilondo va a permitirse investir Doctor Horroris Causa a Santiago Carrillo Solares, un personaje que, tras la desclasificación de los documentos soviéticos y las nuevas aportaciones de historiadores sin prejuicios ni autocensuras progres, aparece como el máximo responsable de la mayor masacre de la historia contemporánea española, de la más salvaje y absurda, si es que el absurdo no fuera uno de los fundamentos del terror de masas que los comunistas elevaron a razón de Estado y a forma preferente de Gobierno.

Hasta ahora, Paracuellos era Carrillo y Carrillo era Paracuellos. Desde ahora, Paracuellos es también el rector Gabilondo de la Universidad Autónoma de Madrid, porque según la infame decisión del claustro que él preside, la actuación de la Junta de Defensa de Madrid, responsable del asesinato de miles de personas, menores incluidos, sin formación de causa, ni juicio, ni otra cosa que el amparo de la famosa “legalidad republicana” bajo la que habían sido secuestrados de sus casas, es algo digno de premio, elogio y agradecimiento universitario. Qué gentuza.

En realidad, el enaltecimiento de los crímenes de Carrillo es algo más que una provocación criminosa y criminal. Es la demostración de que la Universidad española se ha convertido en un gulag de burócratas desvergonzados que compensan su inanidad intelectual con la pública apología del delito, siempre que el delito sea de izquierdas. Ya hace unos años nombraron Doctor Honoris Causa en otra universidad madrileña al dictador comunista alemán Eric Honecker, pocos meses antes de la caída del Muro y de la liquidación de su abyecto régimen.

Los villapalos de entonces, tan miserables como los de ahora, alegaron que así trataban de mejorar las relaciones con el Este. ¿Y qué alega el rector Gabilondo para honrar ahora a Carrillo por sus crímenes? ¿Que no ha pedido nunca perdón por ellos? ¿Que ha mentido en sus libros? ¿Que nunca ha contado la verdad, ni su papel en la eliminación de sus propios compañeros de partido cuando repicaban a masacre en el Kremlin? No.

El propio Carrillo ha delatado con sus estúpidas injurias a Moa y a César Vidal lo que muy probablemente va a proclamar en el elogio al carnicero de Paracuellos el ex-rector Cayetano López Martín: que se trata de retar a los historiadores y de provocar a los cientos de miles de lectores que, en un movimiento intelectual sin precedentes, han roto el muro de silencio académico sobre las masacres de la guerra en el lado socialcomunista y revolucionario, masacres que empezaron en 1934 y que, por cierto, también contaron con la participación de Santiago Carrillo.
Pero un viejo chequista empeñado en borrar su única página decente, la colaboración con los franquistas en la llegada de la democracia, no es el responsable de esta infamia.

Son los rectores como Gabilondo los que ensalzan y canonizan las masacres de la guerra civil. Son ellos los que legitiman el crimen de ayer, quién sabe si para justificar el de mañana".

Caso COUSO: No nos falles ZP


El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene otro marrón. Pero éste le va a poner a prueba internacional. Y nos va a demostrar si tiene, además de talante (lo cual vamos dudando cada vez más), talla internacional y si sabe defender los intereses de la libertad de información de la misma forma que lo hacía cuando era el jefe de la ¿leal? oposición en España. Ahí lo quiero ver. El juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, dictó ayer la orden de busca y captura y detención internacional, a efectos de extradición, de los tres militares estadounidenses imputados por la muerte el 8 de abril de 2003 en el hotel Palestina de Bagdad (Irak) del cámara de Tele 5.

Pero si las señales de humo son el signo inequívoco de hay fuego, la primera reacción del Gobierno ha sido la del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quien considera que la orden dictada por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz de busca y captura y detención internacional de los tres militares estadounidenses imputados por la muerte del cámara de Tele 5 José Couso "es jurídicamente discutible". Ya estamos.

Los reclamados son el sargento Thomas Gibson, de la Compañía A del Regimiento de Blindados número 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada del Ejército norteamericano; el capitán Philip Wolford, que estaba al mando de la unidad de blindados de la Compañía A; y el teniente coronel Philip de Camp, responsable del Regimiento.

Esta orden internacional sólo es válida para los países con los que España tiene convenio de extradición y en EEUU no será efectiva ya que no extradita a sus nacionales. Gibson fue la persona que el 8 de abril de 2003 disparó desde el carro de combate Abrahms M-1 que tripulaba, después de advertir que alguien les observaba con prismáticos desde el hotel Palestina de Bagdad, en el que se alojaban la mayoría de los periodistas extranjeros que cubrían la guerra de Irak.

Couso. ¿Era periodista o cámara? Según la teoría del presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, Fernando Santiago: cámara de televisión. Sin embargo, lo que importa es que está muerto. Que le mataron en una acción de guerra y que un juez acaba de dictar orden de detención contra los tres militares norteamericanos que lo hicieron. Ahora vamos a ver qué dicen los que ladraban tanto antes. Couso era periodista, por derecho y por los hechos. Vamos a dejar las cositas claras.

Meditación sobre la piedad

OPINIÓN / Por Pedro de Tena:

Veía ayer por la noche la televisión cuando mi viejo profesor de historia en la Universidad de Sevilla, Alfonso Lazo, un hombre de bien, disertaba sobre las diferencias, que él cree aún vigentes aunque casi indistinguibles, entre la derecha y la izquierda.

Actores principales

OPINIÓN / Por Manuel Martín:

Hoy en día, en muchas ocasiones, andamos apesadumbrados porque experimentamos que en la sociedad hay muchas situaciones injustas, que nos gustaría cambiar, aunque creamos que es imposible, lo que nos puede llevar a una sensación de impotencia y de sentirnos fuera de este sistema.