Hoy me he encontrado con una razón más, un duro argumento para meditar más que nunca mi voto. Fue a primera hora, muy temprano, cuando iba a comprar el pan. Mientras aparcaba se fue acercando a mi ventanilla, no me di cuenta de ello hasta que tuve su rostro en el cristal. Un hombre de avanzada edad, amable, chaqueta clara sobre un pijama y unas llaves (quizás de su casa) en la mano. Me preguntaba por el camión de la basura, que si sabía a qué hora llegaba. Fue mi baño de realidad matinal, brutal, a bocajarro.
Me bajé y le expliqué con amabilidad que no era por la mañana, que la recogían de noche. Por toda respuesta una sonrisa y a dos metros una vecina me hizo un gesto de cariño ante la escena, al escuchar el diálogo. Se paró y lo acompañó hasta la panadería. De pronto el pellizco en el corazón al saber que vivía solo, que un familiar lo visitaba por la mañana fugazmente para tomar el café y que tampoco tenía un cuidador. Hoy me interesaré por él, haré gestiones.
Lo peor de la vida no es no tener dinero, sino no tener a alguien que te quiera y te cuide, y viceversa. La crisis se está llevando por delante los corazones, las vidas de muchas personas, que viven, y mueren, desatendidas. Como todos los que se han ido al otro mundo esperando ser beneficiarios de la Ley de Dependencia. Aquellos que tienen recursos no tienen problemas pero y ¿y los demás? ¿no deberían depurarse responsabilidades por esta vulneración de los derechos cívicos? ¿ningún abogad@ se presta a defender causas nobles en estos días?
El 20D nos jugamos un modelo de sociedad y hay que debatir sobre ello, no sobre asuntos que, aún siendo importantes, no lo son para nuestro microcosmos. Sean más cuidadosos esta vez con su voto, por favor, lean, busquen el lado social de los programas. Y si no encuentran soluciones, presupuestos, para personas como las que cito al inicio de este comentario, no voten a ese partido. Ni crean a líderes sin corazón, desconfíen de su palabrería. De todas formas el panorama que se abrirá el próximo día 20 les forzará a pactar, a cambiar. Mucho.
Cuando la crisis te golpea los malvados aprovechan para darte duro. Hay que cubrirse, procurar no cansarnos en la lucha y, sobre todo, no dejar de responder a esas agresiones con un buen directo a la mandíbula de esos personajes tóxicos, incapaces de apreciar lo bueno de la vida. Ni a los buenos que se encuentran en ella. Pero no se preocupen que todo se paga más temprano que tarde. Hagan lo mejor que puedan cada día, no desesperen nunca. Y, sobre todo, jamás abandonen a los más débiles. Que no siempre son los mayores. La soledad es terrible.
Lo que me mueve a ir definiendo mi voto es, cada vez más, lo que me conmueve. Hoy no aporto foto, solo un vídeo de la primera cadena de supermercados minoristas de Alemania, Edeka. Ya, es en alemán (la canción no) pero seguro que van a comprender lo que le ocurre a este abuelo en plenas fiestas navideñas. Sabrán por qué el vídeo se ha reproducido más de once millones de veces. Y preparen algún pañuelo, no repriman las lágrimas, que son sanas. Vayan eliminando excusas y abran sus corazones por favor, pero los 365 días al año. En 2016 vamos a poner a prueba nuestra solidaridad, y la de los políticos. Lo veremos.