Quizás no debiera decirlo pero a estas alturas del juego hay cosas que me puedo permitir. No aguanto a tanto joputa alrededor, haciendo daño a quien nada le hizo o, peor, a quien no se puede defender porque necesita el puto sueldo para sobrevivir -vivir es otra cosa- y eso no es tolerable. Esa gente merece ser apartada de la sociedad, publicadas sus vergüenzas, sus cenas morbosas que todos conocemos, sus miradas como si te perdonaran la vida, esa asquerosa altanería del lacayo que nada discute y todo lo acepta, por delante y por detrás. "Demasiada mierda que tragar", dice Coque Malla.
De pronto, en Facebook, alguien sugiere esta canción, que a mí me lleva a deciros que esta gente no debe seguir donde está. No hay más remedio que gritarlo alto, que se vayan, que los echen, que los machaquen, que se precipiten al abismo del olvido, que sufran lo que hacen sufrir, que no nos toquen los cojones, los ovarios. Por favor, ya vale. Pero si no fuera así la legítima defensa es lo que toca. Esas víboras viejas tienen que comprender que no, que no les saldrá gratis. Llamaremos al Capitán Trueno, a los Cuatro Fantásticos o a Darth Vader, llegado el caso. No les pienso pasar ni una. Haz lo mismo, no tengas miedo, por higiene mental y democrática. Estaré junto a tí, siempre, con todas las consecuencias. No temas. Ya verás.
(Para tontos del culo, no está relacionado con la política, de momento)