Imán, Cai y Guadalquivir. Esta noche en Bornos, no cabrán más de dos mil personas en el patio del convento (hoy instituto) así que si te lo pierdes tu allá, porque es una ocasión de constatar que el rock andaluz sigue existiendo, y la razón por la que hicieron historia. Paco Barroso, el alma mater de la recuperación de estas músicas al sur del sur, ya hizo las delicias de todos nosotros el verano pasado. Espero que este año, si recuperamos gracias a Pepe Almadana las cintas originales de los Ceronoventayuno (091) del concurso Alcazaba del 82 y Pilar Sánchez apoya, podamos recuperar en verano aquel espíritu del 82 que movió Jerez. No creo que Pacheco se oponga porque fue bajo su mandato, en aquellos años, cuando Jerez fue capital indiscutible del pop y el rock andaluz. Y se hizo con fondos municipales, de todos los jerezanos. Así grabaron Danza Invisible y 091 sus discos, hoy historia. Hoy, con una buena berza, me he reencontrado con Kiko (batería de Imán), que vive la mayor parte del año en San Antonio (Tejas, EEUU) y el resto en Los Caños de Meca. Javier Garcíapelayo, indómito manager de los mejores grupos y solistas andaluces de la década de los setenta, ochenta y noventa, Josema Garcíapelayo, compositor, productor y ante todo buena persona, Ignacio Estrade (con su cámara al hombro y repartiendo cds con fotos a sus amigos), Juan Fernández & Cia (los organizadores bornichos del evento y en otros tiempos de aquel festival rock del lago), Fopi (batería de Cai), que espera convencer a Pepe Vélez para que deje un ratito su curro y se avenga a tocar con ellos y Chano Domínguez el 19 de agosto en el Teatro José María Pemán. También estaba por allí, como no, mi colega y amigo Enrique Alcina, cronista del pop y el rock de la época. Manglis (guitarra y maestro de Guadalquivir)....y muchos más, que ya os iré contando estos días.
Berza & rock andaluz. Es lo que hemos tomado hoy en Bornos, junto a su alcalde, Fernando García (PP), envidiado por otros colegas políticos, adversarios pero que se ha apuntado un buen tanto con este festival, que se podía haber hecho en otros sitios pero ha sido en Bornos, cuyas escasas 200 plazas hoteleras están a tope, aunque muchos se han quedado en Arcos de la Frontera a dormir. Y esta va a ser una noche bonita, llena de acordes andaluces, de músicos que antes del estatuto reinvindicaban lo andaluz. Eran otros tiempos, cuando los alcaldes de turno (me contaba este mediodía Javier Garcíapelayo) agasajaban a Triana los hoteles le pagaban la suite a Raimundo Amador.