Las pretensiones del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (PP), fueron frenadas en seco ayer por el aún presidente de Navantia, José Manuel Revuelta. Nada de "balances diferenciados", nada de enfrentar a las plantillas de norte con el sur, si hay futuro será como empresa, como grupo, "todos juntos", pese que el BNG propone la segregación y hasta la entrada de Galicia en el consejo de Navantia, lleno por cierto de burócratas políticos.
Un auténtico zas, en toda la boca, a Feijóo no solo de Revuelta sino de todos los partidos políticos en Cádiz, claro. Hasta el presidente de Diputación de Cádiz, Pepe Loaiza (PP), ejerció ayer como tal y defendió la solvencia de las plantas de Cádiz, Puerto Real y San Fernando. Nadie quiere quedarse al margen de los sindicatos o peor aún, frente a ellos.
“Es preocupante que se ponga en duda la competitividad de cualquier centro de trabajo. Los tres centros de la Bahía han sido rentables para Navantia, son competitivos y tienen que permanecer abiertos” manifestó Loaiza, que pidió claridad en los mensajes y en el Plan Estratégico de la Empresa. Una advertencia, parece que sincera, a su propio partido. Aunque no le quedaba otra...