23 feb 2013

#YoVoy23F, no tengas miedo


Vamos a asistir a cambios, y nadie, absolutamente nadie sabe lo que va a pasar, pero todos coincidimos en que nada será igual y en breve. El divorcio entre algunos dirigentes políticos y la gente, en la calle, es tan grande que produce vértigo. 
Hoy me uno a la marea,  #YoVoy23F, y te invito a que lo hagas, sin miedo. Vamos a cambiar los papeles, para que ellos tengan miedo. El mismo temor que todos tenemos a diario, bombardeados por noticias que nos indignan y generan pensamientos peligrosos, casi tribales. Espero que Cifuentes, la dama de hierro del Gobierno en Madrid, sepa controlar la situación. En la calle estará el pueblo.
Soy un demócrata y amo la democracia, pero se nos ha quedado obsoleta, hace falta reformar la Constitución, modificar leyes, que caigan los que tengan que caer -en todos los estamentos- que se abran las puertas, aire fresco y se legisle lo que el pueblo quiere, listas abiertas, transparencia hasta cansarnos, que aquellos que están al frente de los grandes partidos asuman su papel regenerador. Y si no quieren hacerlo que se vayan con viento fresco o que asuman su responsabilidad.
Como desería ver que alguno, con la máxima responsabilidad, diera un paso al frente, sin mirar atrás, que se despojara de las ataduras y nos invitara a volar libres y a perfeccionar este sistema. Aquel otro 23F yo estaba de guardia en el CIR 1, en Colmenar Viejo. La peor noche de mi vida en el servicio militar que hice en Madrid. Que nadie me cuente milongas, que las viví dentro.
El golpe que hoy queremos está en las antípodas de aquel sainete de Tejero y el elefante blanco, ahora se trata de una llamada enérgica de atención a aquellos en quien depositamos nuestras esperanzas de libertad y defensa del interés general. No van a tener muchas más, lo presiento. Alguien reaccionará y algunos se tendrán que ir. Seguro. Lo veremos.
Por cierto, no estaría mal que el Príncipe Felipe se sumara a la segunda transición (usemos el concepto, porque se trata de eso, ya somos mayores de edad).
Y dos cojones tienen los bomberos catalanes, al negarse a colaborar en los desahucios. ¿Se imaginan que los principales sindicatos de la Policía Nacional y la Guardia Civil aconsejaran a sus afiliados algo similar? ¿cláusula de conciencia? Pues no lo descarten porque  que sufren los mismos recortes, y la mayoría tiene corazón. Un gesto bastaría. Un simple comunicado. ¿No es el pueblo a quien sirven?