28 mar 2007

La vida sigue igual



La vida sigue igual, nada ha cambiado, en Jerez no ha pasado nada. De momento. Me han llamado algunos amigos y otros han escrito correítos, comentarios cariñosos de aquellos tiempos de Onda Cero y la SER. Gracias. Pero no, la vida no sigue igual, porque he encontrado por quién vivir y por qué luchar. Estoy preparando una conferencia sobre la movida musical en Jerez, que espero culminar, como siempre, a última hora (azín zomos picha). Me he cruzado con Andrés Cañadas senior por la calle y no me ha saludado. Dios, ¿he cometido algún pecado mortal? Me dicen, querido Andrés que en el Pregón mencionaste a un tal Pepe Contreras. ¿Era yo, Andrés? Por tu mirada en la calle ayer creo que no, no me cuadra, ex director de Radio Popular.

Me quejo de vicio porque hoy, sin ir más lejos, me he enterado de la enfermedad fatal de un buen amigo del que no doy más datos. Su vida tiene fin, como la nuestra, solo que el sabe que será antes. Y en el fondo es igual que nosotros, porque nadie sabe lo que puede pasar. Disfruta de la vida, salta, brinca y cágate en los antepasados de quien te hace la puñeta. Pero nunca dejes de ser tu mismo y decir lo que piensas. Y como esto de los medios está como está, usa un blog, como yo, un arma pacífica de información masiva. Me voy a tomar una birra bien fria, o dos, o tres, que la malta es mú buena pa las malas ideas.

Vosotros, tranquilitos



Yo no sé lo que pensarán de verdad los alcaldes de los municipios afectados por la crisis de Delphi, pero creo que en Industria les han vendido dos burras y media. Porque por más que miro y releo los teletipos no encuentro que les hayan contado algo que no sepan. "Discreción y tranquilidad" les ha pedido el número 2 de Industria, Joan Trullén. Dice Barroso que los ánimos están caldeados. Vosotros, tranquilitos. Ya, ya...

La carta de Pedro a Pedro


(Cito, por su interés, el comentario que uno de los más veteranos periodistas andaluces, el jerezano PEDRO DE TENA, inserta en su web Por Andalucía Libre)


Pedro, vete de la política y deja a Jerez y a Andalucía en paz

Siempre he estado a su lado incluso cuando menos me ha gustado. Nunca hemos cabido en el mismo metro cuadrado, pero le he ayudado desde hace veinticinco años. Cuando muchos de los que hoy dicen ser demócratas y progresistas o no habían nacido o estaban terminando carreras cómoda y dulcemente o eran franquistas, esquiroles y cobardes de toda la vida, Pedro Pacheco y yo coincidimos en la oposición al régimen de Franco. Yo fui a la cárcel y él atendió a mi familia.

Nunca nos dijimos nada, pero se estableció, especialmente en mi interior, un pacto de sangre: siempre le estaría agradecido por lo que hizo, por habernos atendido y por el desinterés con que lo hizo.Curiosamente le ayudé -no sé si lo sabe -, cuando Rojas Marcos negoció con la entonces USO su apoyo electoral en 1979.

La oposición de los sindicalistas a que Sebastián Romero, empresario de la construcción y abogado, que también ayudó a muchos durante la dictadura, fuese alcalde de Jerez, hizo que el sevillano propusiera la alcaldía a los sindicalistas. Uno de ellos, Pepe Gaitero, declinó la oferta. Otro, Pedro de Tena, la declinó asimismo. Y así fue como Pedro Pacheco se encontró el número 1 de la candidatura que ganarías las elecciones jerezanas de 1979.

Y así han transcurrido años en los que le he ayudado en campañas electorales sin ser de su partido ni de ningún otro, como bien sabe. Le hice libros de campaña, he escrito guiones para la Semana Santa de Jerez (sin ser creyente), he ayudado en todo lo que he podido. Unas veces me ha pagado y otras no, pero lo importante no era el dinero, sino la correspondencia, la reciprocidad. Pedro, hasta aquí hemos llegado.

Sé que has hecho de todo en política. Unas cosas porque me las has contado tú mismo. Otras porque las he oído y comprobado de otros o yo mismo. De aquel joven abogado de la Caja de Ahorros, un poco chulo y desenvuelto con el habla de Jerez entre sus labios y el Pedro Pacheco de hoy hay un abismo: el abismo de la degeneración paulatina y de la corrupción amoral.

Hoy no quiero decir más. Sólo una cosa: Pedro, vete de la política y deja a Jerez y a Andalucía en paz. Cuando una persona degenera hasta el punto de usar la intimidad sexual de las personas en la lucha política - y la has usado no una, sino varias veces- , es que su degeneración ya empieza a convertirse en peligro público.

Con tus luces, algunas, y con tus sombras, demasiadas, has sido un alcalde para la historia de Jerez. Vete ahora, por favor. No encanalles más la vida de una ciudad, la ciudad que nos vio nacer.

No emputezcas más la Andalucía que un día amamos. Es el último favor que te va hacer este amigo al que una vez, en la lejana dictadura, ayudaste a soportar el peso de la cárcel. Te lo he agradecido durante años. Ahora, con este último consejo, me siento definitivamente en paz contigo. Se acabó lo que se daba.