Me ha hecho dos desprecios en estos meses, que le he perdonado como buen cristiano que soy (otra cosa es que los olvide), primero montando un pollo impropio de un caballero de la política como él se precia de ser, abandonando un plató (Onda Jerez, programa Panorama) donde se respetaba la libertad de expresión. Cierto es que luego me pidió perdón, aunque antes hubo un cierto amago (abortado) de boicot al programa. Y luego, en la noche electoral, pasando tres pueblos de dar la cara ante la opinión pública y analizar los resultados en Onda Jerez (ni siquiera disculpó su ausencia). Creo que no soy santo de su devoción (eso me cuentan por distintos frentes) y me alegro, porque representa una derecha que debe pasar a la historia cuanto antes en Jerez, aunque lo veo complicado ya que García Pelayo lo tiene de consejero para todo. Y lo sabe Jerez.