
“Vinieron a verme Gregorio Quesada, otro señor joven de Málaga, creo que abogado, y Alfonso Blanco, querían que les vendiera 36.000 metros cuadrados a menos de dos euros el metro, y les dije que no”, afirma Juan Lozano, a quien sus vecinos conocen como “el lechero” (ha pasado su vida repartiendo leche en el pueblo), quien no se muestra ni a favor ni en contra del macroproyecto de ocio y residencial que se quiere levantar ahora en 159,3 hectáreas del término municipal y, además, en su propiedad de 4,7, que une las fincas Cortijo de Fraja y La Sacristana. “Lo que yo quiero son perras, muchas perras, porque no somos tontos”, afirma el veterano ganadero. “Me querían dar 250 pesetas por metro y dije que no”.
ESTA ES LA BASE DE LA INFORMACIÓN ADELANTADA AYER EN LA EDICIÓN ANDALUZA EN PAPEL DE EL MUNDO