23 dic 2006
La muerte de Alfonso Perales
"Siempre se mueren los buenos". Es lo primero que he escuchado esta mañana en un pequeño pueblo de Cádiz, en referencia al fallecimiento del secretario federal de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Alfonso Perales Pizarro. El concepto que muchos teníamos de Perales es que era un buen tipo, un político apegado a sus ideales como nadie, pero abierto al diálogo y afable. Escribir un obituario de una persona a la que no le tienes la más mínima simpatía es un trago, pero hacerlo sobre alguien a quien aprecias es aún más difícil. Mañana, cuando le acompañemos en su regreso definitivo a Alcalá de los Gazules, donde recibirá sepultura, constataremos que la muerte nos iguala a todos, serán las mismas palabras de condolencia de siempre, los apretones de manos sinceros o falsos, da igual. Alfonso, cuando me saludaste el pasado 10 de noviembre, sentí que no eras el mismo, que algo pasaba. Me quedé con las ganas de hablar contigo, de tantas cosas. Mi más sincero pésame a la familia.
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