Leo a
José Luis Toro en La Voz de Cádiz y, como yo, cae en la cuenta de que según los datos aportados desde el
Ayuntamiento de Jerez (donde las informaciones selectivas a algunos medios son la norma, mal que le pese al ex Joly
Juan Ramón Aramburu y a al ex SER,
Pepe Bouza), la nómina anunciada "no incluye a la
GMU, Ajemsa y Emuvijesa, es decir, a medio Ayuntamiento". Joder, nos han engañado, o han mentido sin mentir no contando al electorado a cuanto asciende esa partecita de la abultada nomina municipal. El nuevo super delegado de Comunicación, el gran
Casto Sánchez, le ha cogido gustirrinín a eso de ser
el mini Polanco munisipá y parece que una especie de silencio sumamente comprensivo con los nuevos gestores municipales se ha instalado en el panorama mediático jerezano. Al hilo del temilla, lamento, profundamente, que entre todos no sean capaces de encontrar un hueco a un buen periodista,
Paco Aguilar, injustamente apeado, de momento (sé que la alcaldesa lo va a reconsiderar, porque no tiene un pelo de tonta) del tren en el que todos viajan en primera clase dando grititos de satisfacción nominal (por los sueldos, nene). En el equipo necesitan a personas que, con conocimiento de la historia xerezana, no tengan miedo en decir lo que opinan, que es lo que debe hacer un asesor o colaborador.
Aplaudir con las patitas como Pancho, mi perro favorito de los spots televisivos, no es algo que convenga a un equipo que puede morir de éxito.
Con todos los amigos que tiene Paco no comprendo cómo no le llaman. Quizás eso sea, en breve, la clave de su éxito: la libertad de información. La verdad es que quien debería move ficha es
Francisco Benito, flamante asesor municipal y secretario de organización del
PSOE de Jerez. No creo que sea el tipo oscuro e intrigante que aparenta. Por último, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz (PP), le dió ayer
un toquecito -de rubia a rubia y tiro porque me toca- a Pilar Sánchez.