9 jul 2006

Una mano a Arenas


Los Hijos de Némesis
por JC
Hay fotos que lo dicen todo. Conozco a Antonio Sanz, paisano, desde que era un pipiolo. Ahora, mal que le pese a los que le odian, critican o vituperan, ha adelgazado y superado la mayoría de edad política. No porque vuelva a ser el secretario general del PP andaluz (¿quién aguantaría el ritmo de trote borriquero del correcaminos Arenas, si no?), sino porque se ha labrado a su lado (que no a su sombra) un futuro político atractivo y absorbente.
Esta semana, su agenda es una locura, pateándose toda Andalucía y norte de España. Sanz es uno de los pocos populares que cabrea a la dirección del PSOE hasta extremos insospechables. ¿Por qué? Es sencillo, no les tiene miedo, y eso que más de una vez ha encontrado asuntos impublicables (por miedo de algunos grupos mediáticos más que otra cosa) que, de haberse seguido con precisión y recursos en una redacción como Dios manda, habrían dado al traste con más de un socialista poderoso, peligroso y conocido, muy conocido. Pero las cosas son como son. Hay que adaptarse y esperar. Sanz sabe hacer muy bien las dos cosas. Ahora comienza a ver su momento. La clave se llama Javier Arenas Bocanegra, que aspira a desmontar la corrupción en Andalucía y acceder al cargo de presidente de la Junta como una cosa normal, obligada y admitida tácitamente por los electores como la solución a tantos años de hegemonía socialista.
Arenas puede decir lo que quiera, pero va a necesitar a Dios y más ayuda que sus habituales cuadros orgánicos y asesores. La ayuda de andaluces y andaluzas valientes, que luchen por una Andalucía libre y soberana. Javier Arenas sabe que esta batalla la tiene que ganar, sea como sea, y en esta ocasión. Sanz ha sabido aprender de Arenas y otros muchos líderes. Sé, de buena fuente, que en Madrid alguien le ha echado el ojo al de Jerez (de ahí es Antonio), sobre todo tras su preparado discurso en el debate del estatuto. Hasta en el PSOE torcieron el gesto al escuchar "al niño", al darse cuenta de que ha crecido y les toca las narices de forma solemne.
Sanz no se va de Cádiz porque vive en Cádiz y todas las noches que puede regresa a su casa. Conciliar la vida laboral (política en este caso) con la familiar es un objetivo que, si se pierde, acaba con la ilusión del más pintado. Por eso, Antonio no se va, volverá todos los días. Lo siento por los socialistas de Cádiz, ahora tienen en Sevilla a uno del PP que sabe como las gastan. En cualquier caso, un humilde consejo, que se ponga la corbata lo justo, que se suelte el pelo cuando sea necesario, que siga mirando a los ojos y procure que nadie le coloque un marrón en el armario de los intereses generales del PP. Si no olvida a los que le tendieron la mano y siguen peleando por una España mejor, con sus medios y recursos, triunfará. Si no se sube a la parra, no se pegará nunca un costalazo cuando alguien la zamarree.

¿Quién manda en Jerez?


Hoy, al echar un vistazo al DIARIO DE JEREZ, me he encontrado con dos sorpresas agradables. La entrevista con Andrés Luis Cañadas Machado de Pilar Nieto y la columna de opinión del director, Rafael Navas Renedo. Por su indudable interés social y político la reproduzco porque creo que es lo que piensa más de medio Jerez. El reto de Pilar Sánchez es evidente. Tiene que demostrar que la ley no es papel mojado y pasar página en la historia de Jerez. Tiene dos oportunidades: la primera mañana lunes dando por disuelto el pacto de la vergüenza. Sin miedo a los intereses de algún dirigente de su partido que está en el ocaso de su carrera. Y la segunda en las elecciones municipales de 2007, donde ella o Pelayo deberían ganar por mayoría absoluta. Así de claro. Ni más ni menos. Como diría Pacheco: Azín ez.

rafael navas renedo *director de Diario de Jerez

El penúltimo triunfo de Pacheco
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CUANDO José Luis Rodríguez Zapatero ganó, contra todo pronóstico, las elecciones generales de 2004, se asomó al balcón de Ferraz y escuchó a una multitud, en su mayoría jóvenes, que, entre otras cosas, le gritaba "no nos falles". No sé si a estas alturas de la película el presidente del Gobierno ha defraudado o no aquella expectación con tantos charcos en los que se ha metido desde entonces, desde las reformas estatutarias a la negociación con ETA. Son, en cualquier caso, asuntos de gran calado nacional y, por tanto, de una enorme complejidad, sometidos a numerosos intereses.

Cuando Pilar Sánchez ganó, contra todo pronóstico, las elecciones municipales de 2003 en Jerez, un joven arrebató el micrófono a un cámara de la televisión municipal y gritó algo así como que "ha llegado la libertad". No sé si a estas alturas de la película la alcaldesa ha defraudado la expectación y la ilusión que creó a su alrededor aquel día, pero de lo que estoy seguro es de que con conductas como la del pasado viernes, cuando el PSOE aprobó la concesión de un crédito de 65 millones de euros (11.000 millones de las antiguas pesetas) para Pedro Pacheco, tiró por la borda más de veinte años de oposición a este político. Se pongan como se pongan, los socialistas han tenido que claudicar ante su bestia negra, la que diariamente les deja en ridículo, se burla de ellos y les insulta. Es así de sencillo. Y lo que es más grave: ha demostrado que es él quien manda o al menos quien tiene la sartén por el mango en este gobierno municipal. Ha dejado claro, como hizo con el PP, que nada ni nadie se mueve en este Ayuntamiento si él no quiere. Se siente fuerte, y no es para menos. Al igual que el PP, desde el PSOE le han cantado claramente la jugada y no es tonto. Le han dicho, primero Javier Arenas y luego Luis Pizarro, que lo necesitan, que su partido puede ser muy interesante en determinados momentos, y que no piensan cortarle la cabeza. Y Pacheco tiene claro que su partido, el PSA, en efecto, no pasará nunca más allá de El Cuervo, pero aquí, aquí, señores, aquí se va a poner las botas.

Pacheco se jacta públicamente de contar con los mejores padrinos en el PSOE, como lo hace de tener una gran amistad con los principales constructores, promotores y propietarios de suelo de Jerez, siendo como es el delegado de Urbanismo, es decir, el que traza las rayas con el lápiz y convierte los milímetros de un plano en sacos de millones. Antes invitaba a sus padrinos a la bodeguita del Ayuntamiento y ahora a la de su casa, que es una maravilla. Sabe que a ninguno de los fuertes interesa su desaparición política. Por eso el viernes pasó la cesta y cayeron 65 millones. Por eso el viernes ni García-Pelayo, que lo tenía fácil, ni siquiera acudió al pleno en el que se perpetró el crédito. Por eso García Bermúdez, que sabe que todo lo ocurrido es una barbaridad, se convirtió en su mejor abogado, y lo que haga falta, don Pedro. Porque, en definitiva, Pacheco sabe que sabe demasiado. En lo que a él respecta, como El inmatable que es —a decir de su amigo González Cabaña—, ni un pero.

Así que no nos vendan más motos. Después de los 65 millones (¿se han parado a pensar que son 11.000 millones de pesetas? ¿se han parado a pensar que los van a pagar todos los jerezanos?) más de uno en el PSOE de Jerez debería plantearse el mensaje contradictorio que están lanzando a la ciudad. Esa claudicación, que además fortalece al rival, es un yugo para el futuro del PSOE en Jerez justo cuando parecía que había aprendido la lección. Pero intereses más poderosos parece que existen en Jerez. Pilar Sánchez debería saber de sobra que para superar a veinticuatro años de pachequismo no se puede seguir haciendo lo mismo.