Los Hijos de Némesis
por JC
Hoy no es un buen día para el periodismo gaditano.
Diario de Jerez se ha visto obligado a insertar en su portada de papel una sentencia del
Tribunal Supremo en la que se condena a tres periodistas suyos,
Manuel de la Peña, Rafael Navas y Pedro Ingelmo. La Justicia es así. No es por corporativismo, sino por ética, pero lamento muchísimo que esto haya sido así. Son tres personas a las que aprecio de verdad. Con "el Peña" -así le conocimos siempre en la redacción- aprendí muchísimas cosas, entre ellas, el valor de una buena portada y que un periódico siempre debe llevar una buena historia, al menos. Y que tenemos que hacer de todo, y bien. La redacción del
Diario de Jerez de aquellos años habría sido un magnífico escenario real para una serie de televisión.
Rafael Navas se lo ha currado bien, todos lo saben,
en Jerez, en El Puerto, en Cádiz, y ahora es el director del
Diario de Jerez. Sé que
Navas es buena gente, y que si pudiera ampliaría el espectro de columnistas ¿verdad? Pero eso no depende de tí, tranqui, que internet es ideal. Rafa fue valiente en aquellos tiempos del Jerez negro y pendenciero. Y ahora también, en este claroscuro, que no es moco de pavo.
Probablemente más de un canis de esta profesión se esté alegrando. Yo no solo no me alegro, sino que desearía, fervientemente, que ahora pudiéramos pasar revista -política, periodística y judicial- a uno de los episodios más negros de la historia de la provincia, el día que todos los que ya conocemos nos 'vendieron' la Caja de Jerez por un plato de lentejas. Manolo, Rafa, Pedro, con la perspectiva de los años, ahora deberíamos analizar los efectos colaterales de todo aquello. ¿Dónde están aquellos maravillosos años y aquellos increíbles sinvergüenzas que amenazaban, coaccionaban y vigilaban a periodistas más atrevidos en ocasiones que bien informados? Esta galería de personajes es un ejemplo de la triste clase política y económica que nos ha tocado en suerte. Yo sé donde están y como les va. Creánme, les va bien. Pero sus conciencias les deben dar por culo todos los días.
Manolo, Rafa y Pedro son tres excelentes periodistas. Y me importa un carajo (si te parece mal el vocablo, pasa de este blog y vete a hacer gárgaras) lo que otros piensen. Son gente que trabaja como puede, hasta donde les dejan y siempre con valentía. Más o menos como todos nosotros. Los otros son los que viven de puta madre, sin complicarse la vida, como notarios de la actualidad, mercenarios del mensaje fácil. Una pena. Rafael Navas y yo fuimos espiados, grabados, se intervinieron nuestras conversaciones telefónicas y hasta tres concejales -qué vergüenza de tios- difundieron la grabación en la sala de prensa del Ayuntamiento de Jerez. Teníamos que haberlo denunciado, haberles pedido una indemnización millonaria para causas benéficas y luego darnos una cena homenaje. Creo que habríamos ganado, aunque nunca se sabe (ya saben lo que dijo Pacheco). Yo tuve protección policial (gracias a una gobernadora civil, Violeta Alejandre), recibí amenazas telefónicas y coacciones empresariales (que Pepe Ganaza aguantó con estilo en la SER), además de traiciones de periodistas que mintieron ante la Justicia para perjudicarnos y estar bien con el poder local. Por eso cuando veo a algunos mendas pasar ante mí al darme una vuelta por mi ciudad natal, corro a vomitar al primer lugar que encuentro. Me dan asco, profundo.
Repito, no es un buen día para el periodismo local. Hoy, la Justicia le ha dado un disgusto a tres profesionales. Son los gajes del oficio, y si no que le pregunten a Paco Rosell y Javier Caraballo (EL MUNDO) con la insólita querella de Chaves. Pero este oficio es así, esto es una guerra y hay heridos, muertos, desaparecidos en combate y cobardes, como en una guerra de verdad. Y efectos colaterales. Sé que los habrá porque una sentencia te puede hacer más prudente, pero no un cobarde de mierda. Manolo, Rafa y Pedro nos darán muchas sorpresas y buenas noticias. Jerez no es tan distinta de conocidas ciudades en tela de juicios ¿Ein? Al tiempo.
Habrán notado que no he hecho comentario alguno ni mencionado el nombre del protagonista de la sentencia (lean el Diario de Jerez). Efectivamente, son ustedes perspicaces. A mí y a otros periodistas andaluces (Pepe Ganaza, Paco Rosell, Pepe Fernández), nos tuvo once años liados en los tribunales. Y perdió. Nunca se lo perdonaré, sobre todo por los malos ratos que pasó mi familia y, en especial, mi desaparecido padre, que me solía acompañar a cada paso judicial. Yo siempre le dije que nunca falté a la verdad. Manolo, Pedro, Rafa, nunca caigáis en el lado oscuro de esta profesión. Un abrazo desde la red libre. Y os regalo una canción de los Smiths.
